Título: El faro del silencio
Autor: Ibon Martín
Editorial: Travel Bug
Año: 2014
ISBN: 978-84-9409-126-1
Nº de páginas: 431
Tras leer la reseña que publicó Laky en su blog de El faro del silencio de Ibon Martín me quedé con ganas de leer esta novela, por lo que cuando se me presentó la oportunidad de hacerlo no me lo pensé demasiado, estaba segura de que iba a disfrutar de su lectura, como así ha sido.
La trama de El faro del silencio nos traslada a una localidad de la costa vasca, Pasaia, en cuyo faro vive Leire Altuna, quien además de ejercer como farera es una conocida escritora de novela romántica. Cuando una tarde de otoño salga a pasear para contemplar el regreso de los pescadores con la puesta de sol, su vida sufrirá un grave revés ya que entre la maleza de los alrededores del faro hallará el cuerpo de una mujer con el vientre brutalmente desgarrado. Puesto que el cadáver pertenece a la actual novia de su exmarido y Leire ha tenido con ella una pelea en el mercado hace unos días, inmediatamente se convierte en la principal sospechosa del asesinato tanto para la Ertzaintza como para la mayoría de habitantes del pueblo. La situación se irá tornando cada vez más complicada para la escritora quien, desesperada, decidirá emprender una investigación por su cuenta para encontrar al verdadero asesino.
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Ibon Martín |
Con este punto de partida y a través de dos líneas temporales, "El faro del silencio" se convierte en una lectura adictiva que es difícil abandonar sin haber alcanzado su desenlace. Ibon Martín nos ofrece una trama que se desarrolla con un ritmo trepidante, manteniendo la tensión y el suspense e incorporando giros argumentales y sorpresas que hacen no solo que el interés del lector no decaiga en ningún momento, sino que vaya en aumento a medida que avanzan las páginas.
Son un total de cincuenta los capítulos que componen El faro del silencio y en general todos tienen una extensión breve, lo que aporta dinamismo a una lectura que ya de por sí es muy ágil gracias al ritmo de la narración y al estilo de Ibon Martín, claro, cercano, fluido y accesible. Un narrador en tercera persona es el que va relatando los hechos y los capítulos van alternando dos hilos temporales pues la línea argumental principal, que es la que transcurre en el presente, se combina con otra que nos lleva hasta los años ochenta y noventa, donde tendrán lugar unos hechos que no sabemos con certeza qué relación guardan con lo que está sucediendo, pero cuya conexión acabaremos descubriendo. Cada uno de los capítulos se abre con la indicación de la fecha en la que se sitúa la acción, por lo que es fácil diferenciar unos de otros, y mientas que en el presente la acción discurre linealmente y se concentra en unos días muy concretos de los meses de noviembre y diciembre de 2013, en el pasado vamos a tener retazos de una historia que abarca desde 1983 a 1998.
Un punto que tienen en común los personajes que encontramos a lo largo de las páginas de El faro del silencio es la cercanía y naturalidad con la que están trazados. Leire Altuna asume todo el protagonismo al convertirse en el eje en torno al que se va construyendo la trama y es una figura que queda bien perfilada, mostrándonos los principales rasgos que dan forma a su personalidad y sus sentimientos, emociones y reacciones ante la situación que está viviendo. En ella vamos a encontrar a una mujer que podría ser cualquiera de las personas con las que compartimos nuestro entorno, que no destaca por nada en especial y quizás es esta normalidad lo que hace que sea fácil empatizar con ella desde un principio.
Aunque Leire es el personaje que mejor caracterizado está, junto a ella aparecen figuras secundarias que sin llegar a tener tanta relevancia, están bien definidos en función de su posición en la historia, pues en algunos casos es necesario crear ciertas sombras en torno a ellos para que se mantenga el suspense. A cargo de la investigación estará el Comisario Santos, un hombre frío e insolente que mostrará su incompetencia para resolver el caso obligando así a Leire a llevar a cabo sus propias indagaciones para librarse de las acusaciones, colaborando también en la investigación la agente Ane Cestero. Conoceremos a diversos habitantes de Pasaia como Iñaki o Txomin y también a las personas en las que Leire confía y se apoya como su antiguo profesor Iñigo. Y si Leire es la protagonista en el hilo argumental que transcurre en el presente, este protagonismo se cede en el pasado a El Triki, un joven de Pasaia enganchado a la heroína como otros muchos en esa época, y que se dedica a llevar droga hasta el puerto utilizando a escondidas el pequeño barco con el que su padre se gana la vida pescando.
Un aspecto con el que he disfrutado mucho en "El faro del silencio" es con su magnífica ambientación. Se nota que Ibon Martín conoce de primera mano cada uno de los escenarios en los que discurre su novela, lo que le permite describirlos de una forma tan clara y cercana que no tenemos ningún problema para ir visualizándolos en nuestra mente, logrando que entremos a formar parte de ese maravilloso entorno. En mi caso no conocía Pasaia pero las descripciones contenidas en el libro de Ibon Martín han conseguido que, aunque solo sea a través de la lectura, haya viajado hasta allí y me hayan cautivado sus paisajes. De esta manera he descubierto los tres distritos que forman este precioso municipio, Antxo, San Juan y San Pedro, enfrentados estos dos últimos en ubicación al alzarse cada uno a un lado de la ría. Ibon nos mueve con soltura por calles y rincones mostrándonos los lugares más pintorescos como la bocana de la bahía, el muelle, el astillero o el propio faro que da título a la novela, el faro de la Plata; dejando constancia del encanto que rodea a estos pueblos y especialmente a sus históricos barrios pesqueros.
Esta fantástica ambientación no se limita a las descripciones de los entornos sino que Ibon Martín también nos muestra cómo es la forma de vida de los habitantes de Pasaia, las costumbres del lugar, las relaciones entres los vecinos, los negocios y actividades en los que se sustenta su economía e incluso la importancia que tienen los equipos de remo de San Juan y San Pedro, cuyos colores ondean en la mayoría de los balcones. Así mismo quedan reflejados los problemas a los que el municipio se ha enfrentado en los últimos años, como la crisis económica y social que se instaló en los pueblos industriales de la costa vasca en los años ochenta con el consiguiente aumento del desempleo, vinculado a esto la problemática de la droga que se convirtió para muchos jóvenes en una forma de conseguir dinero, aunque luego se lo gastasen en heroína, o más recientemente el rechazo al proyecto de construcción del puerto exterior de Pasaia.
Como veis bastantes aspectos positivos que hacen que la lectura de la novela de Ibon Martín resulte muy recomendable. "El faro del silencio" recoge una trama bien urdida, que mantiene la tensión y el suspense y que se desarrolla a través de dos planos temporales, destacando tanto por una excelente ambientación que nos traslada hasta la costa vasca como por su intenso ritmo.
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Gracias al autor por facilitarme el ejemplar para su reseña