Autor: Álvaro Arbina
Editorial: Ediciones B
Año: 2016
ISBN: 978-84-666-5829-4
Nº de páginas: 688
Ayer día 27 de enero se ponía a la venta La mujer del reloj, primera novela publicada por Álvaro Arbina y de la que yo he podido disfrutar anticipadamente gracias a la editorial, que hace unas semanas me hizo llegar un ejemplar en pruebas que se convirtió en mi primera lectura del 2016, con lo que no he podido empezar mejor el año pues ya os adelanto que me ha gustado muchísimo.
El comienzo de "La mujer del reloj" nos sitúa en el año 1808 donde conocemos a Julián Giesler, un joven de dieciséis años que vive en una aldea próxima a Vitoria junto a su padre, dedicados al trabajo en el campo. A pesar de que en su aldea la vida ha seguido su curso habitual, no sucede lo mismo en el resto de la península, donde se han ido asentando tropas francesas tras la firma del Tratado de Fontainebleau, el cual determinaba que los ejércitos imperiales tendrían que ser alimentados y mantenidos a costa de los ciudadanos mientras se alojasen en suelo español. Lo que verdaderamente hará que la vida del joven de un giro inesperado será la muerte de su padre, quien aparecerá apuñalado en uno de los caminos que llevan a Vitoria y aunque en un principio todos piensen que es obra de unos malhechores, pronto Julián descubrirá que no es así, lo que le llevará a emprender un viaje en el que cruzará el país intentando averiguar la verdad sobre su muerte para poder hacer justicia.
La mujer del reloj ha sido una lectura que me ha atrapado desde el principio, disfrutando en cada una de sus páginas tanto de la ambiciosa historia que Álvaro Arbina ha desarrollado como de su forma de narrar, lo que demuestra el talento narrativo de este joven autor al que al menos yo, tengo intención de seguir la pista, pues su opera prima me ha entusiasmado, dejándome con ganas de seguir leyendo sus trabajos, que espero sean muchos ya que tan solo tiene veinticuatro años.
Las casi setecientas páginas en las que se desarrolla el argumento se presentan estructuradas en cuatro grandes partes, "Tierras del norte", "Dos ciudades. Dos mundos", "La isla de Cabrera" y "La Orden de los Dos Caminos", agrupando cada una lo sucedido en distintos periodos que se extienden desde principios del año 1808 hasta el verano de 1813. Cada una de estas partes a su vez viene dividida en diversos capítulos de distinta extensión, sumando un total de cincuenta y ocho que quedan completados con un prólogo y un epílogo final, además de incluirse al principio y al final una serie de mapas de las principales ubicaciones en las que se desarrolla la historia y que sirven de ayuda para que el lector pueda hacerse una idea de la distribución de los diferentes escenarios.
Como ya señalaba, me ha gustado mucho el estilo narrativo de Álvaro Arbina. Emplea una prosa cuidada, clara, elegante y fluida que hace la lectura muy asequible para el lector, de tal manera que avanzamos páginas casi sin darnos cuenta, algo a lo que también contribuye un ritmo narrativo que se mantiene ágil y constante. Es un narrador omnisciente el que ha seleccionado para relatar los hechos, permitiéndole de esta manera moverse con soltura por los diferentes escenarios y acercar al lector las vivencias de todos los personajes.
"La mujer del reloj" presenta varios aspectos positivos que hacen que su lectura resulte muy recomendable. En primer lugar es un tipo de historia con el que pueden disfrutar un amplio número de lectores ya que en su desarrollo se combinan diversos elementos que aumentan su atractivo e interés. Aunque es una novela que podemos catalogar como histórica, no se limita únicamente a este género, sino que este componente se complementa con otros como romance, aventuras, historia familiar, secretos o suspense. Esto hace que su lectura sea no solo amena y entretenida, sino muy dinámica, ya que constantemente están sucediendo cosas y además desde los primeros capítulos se plantean cuestiones que generan nuestra intriga, haciendo que necesitemos avanzar páginas para averiguar la respuesta a los interrogantes planteados así como a los nuevos que van surgiendo gracias a los giros argumentales que el autor introduce y que son uno de los aspectos a destacar, pues en la trama se esconden revelaciones inesperadas que van a sorprender al lector, o al menos yo no me esperaba muchas de las cosas que suceden y eso ha hecho que haya disfrutado aún más con su lectura.
Junto a lo anteriormente señalado, pienso que uno de los principales puntos fuertes de La mujer del reloj está en la construcción de sus personajes y en especial de su protagonista, Julián Giesler, quien se gana nuestro aprecio desde un principio. Conocemos a Julián en uno de los momentos más duros de su vida y vamos observando que tanto este suceso como los que tendrá que vivir posteriormente irán moldeando su carácter, dando lugar a un joven mucho más maduro, valiente y decidido, que tendrá que superar las dificultades con las que se va encontrando y aprendiendo a salir adelante por si mismo. El autor le ha dotado de una personalidad llamativa, con multitud de matices que hacen que resulte un personaje muy humano y cercano, mostrando en todo momento sus motivaciones y las razones que le llevan a actuar de una forma u otra. Y en este sentido veremos que, a pesar de su personalidad bondadosa, serena y amigable, no es un joven perfecto y las circunstancias que le rodean harán que en algunas ocasiones no tome las decisiones más correctas, lo que le confiere una mayor humanidad y credibilidad.
Julián es el protagonista pero teniendo en cuenta que son varias las líneas argumentales que van transcurriendo de forma simultánea, existen otros personajes principales que adquieren importancia en el desarrollo de la trama, estando su trazado igualmente bien perfilado y presentando unos caracteres concretos que los definen y singularizan. Así tenemos al tío de Julián, Roman Giesler, un hombre reservado y en principio misterioso junto a quien el joven emprenderá su particular viaje y que además de compañero de aventuras, se convertirá en su maestro y protector. Pero no todos van a mostrar ayuda y apoyo a Julián, y así en el plano opuesto tenemos al general francés Louis Le Duc, un hombre impasible, ambicioso, calculador y cruel que no dudará en ejercer cuantas maniobras estén a su alcance para obtener lo que desea en todos los ámbitos, pues es un personaje que se va a mover en varios planos que al final nos darán una visión completa de la complejidad de su psicología.
Y si bien su título es La mujer del reloj, no son demasiadas las mujeres que desfilan por sus páginas, destacando entre ellas Clara, la hija del arrendatario de la tierra que cultiva el padre de Julián, una joven dulce, tierna, generosa y con independencia de su condición, humilde, que tendrá que demostrar su capacidad de sacrificio, su ingenio y su valentía ante los obstáculos que la vida pondrá en su camino. Al igual que me ha ocurrido con Julián, el personaje de Clara también me ha gustado mucho y se ha ganado mi aprecio desde un primer momento, más a medida que avanzaba la novela y su personaje iba evolucionando.
El mismo cuidado que Álvaro Arbina ha puesto en la construcción de los personajes se aprecia en la ambientación de la novela, recreando con detalle los diferentes escenarios en los que la acción transcurre, pero sin llegar a saturarnos con extensas o minuciosas descripciones. Como ya he señalado, La mujer del reloj queda estructurada en diferentes etapas y cada una de ellas tiene lugar en un emplazamiento, moviéndose nuestros protagonistas por diversos territorios y destacando principalmente tres ubicaciones: Vitoria, Cádiz y La Isla de Cabrera. Tres lugares muy diferentes entre sí a los que el autor consigue trasladarnos gracias a su historia, quedando reflejados en la misma tanto el aspecto que presentaban por entonces al incluir datos relativos a la distribución de sus calles y plazas o construcciones más emblemáticas, como la forma de vida en las mismas. Tenemos así una completa visión de esta época que abarca diversos aspectos como diferencias sociales, forma de vida en la ciudad y en el campo, el comercio, la evolución de la guerra, los abusos cometidos por los soldados, los impuestos y gravámenes establecidos o la situación política, destacando especialmente los cambios introducidos con la llegada de las tropas francesas y los efectos que esta invasión tuvo para el pueblo.
Como adelanta en su contraportada, La mujer del reloj transcurre durante los cinco años que duró la guerra de la Independencia española, quedando patente el excelente trabajo de documentación realizado por el autor, gracias al que nos acerca a los principales hechos y acontecimientos históricos que tuvieron lugar en esos años. La novela comienza situándonos unos meses después de que las primeras tropas francesas entraran en la península, concretamente en febrero de 1808, y se extiende hasta junio de 1813, fecha en la que se celebró la batalla de Vitoria, la cual marcaría el inicio de la expulsión definitiva de las tropas josefinas. Son muchos y variados los acontecimientos que tienen lugar en estos cinco años, incluyéndolos el autor en su relato de una forma amena y natural, haciendo participar a los personajes en los mismos o sufrir sus consecuencias, por lo que la lectura no pierde ritmo y casi sin darnos cuenta profundizamos en lo que sucedió en este periodo histórico. A mí personalmente me ha resultado muy interesante y me ha servido para ampliar conocimientos, que es algo que siempre valoro positivamente. Por ejemplo desconocía la existencia de la Isla de Cabrera que se convirtió en lugar de cautiverio para la mayoría de prisioneros franceses hechos en la batalla de Bailén, y por lo tanto esta parte de la novela me ha parecido muy interesante, al igual que también me ha gustado conocer la situación de la ciudad de Cádiz, moderna, burgués y liberal, símbolo de lo que España pudo llegar a ser y que albergaría las sesiones de las Cortes. En las páginas finales de "La mujer del reloj" el autor incluye una nota sobre los personajes y los acontecimientos históricos, explicando que puntos son ficticios y ampliando un poco la información de los hechos que ha incluido en la trama. Estas páginas nos dan una idea de lo laboriosa que ha debido de ser la tarea de investigar y recabar una información tan amplia y pormenorizada para recrear con tanto detalle lo sucedido en esos años, algo esencial para lograr la consistencia en la trama de una novela de estas características.
En definitiva, si habéis llegado a este punto, os habréis dado cuenta de que La mujer del reloj me ha encantado y por lo tanto, os recomiendo su lectura sin ninguna duda, tanto si sois aficionados a la novela histórica como si no. Álvaro Arbina ha construido una magnífica historia que atrapa desde las primeras páginas gracias tanto a un planteamiento en el que se combinan con habilidad diversos elementos, como a unos personajes que despiertan inmediatamente la simpatía del lector, permitiéndonos además profundizar en lo que fueron los años de la guerra de la independencia española.
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Gracias a la editorial por facilitarme el ejemplar para su reseña