Autor: César Pérez Gellida
Editorial: Suma de letras
Año: 2015
ISBN: 978-84-836-5839-0
Nº de páginas: 544
Khimera es el título que lleva la última novela publicada por César Pérez Gellida tras el éxito de su trilogía "Versos, canciones y trocitos de carne", la cual está compuesta por Memento mori, Dies irae y Consummatum est. De todos ellos de momento únicamente he leído Memento mori que me gustó mucho y, aunque aún tengo pendientes en la estantería los otros dos, cuando desde la editorial nos ofrecieron la posibilidad de organizar una lectura conjunta de Khimera me animé sin dudarlo.
Hablar del argumento de Khimera resulta bastante complicado tanto por la cantidad de nuevos elementos que entran en juego como por la necesidad de no desvelar demasiada información de cara al futuro lector. César Pérez Gellida sitúa su historia en un futuro no demasiado lejano, concretamente en el año 2054, en el que comenzamos siendo testigos de los cambios que se han ido sucediendo a lo largo de esos años, los cuales han modificado drásticamente la realidad tanto social como geográfica y política. Tras la finalización de la denominada Guerra de Devastación Global, a la que siguió la Década Triste, el poder se ha concentrado en las grandes corporaciones, quienes en su momento supieron aprovecharse del vacío de poder existente, y que sin embargo ven ahora peligrar sus planes ante la amenaza de un asunto que dejaron en su día sin resolver: "Khimera". Para profundizar en lo que fue el proyecto Khimera, resultará de vital importancia localizar al que se conoce como último bogatyr, único superviviente de un grupo de agentes que eran el estandarte de este proyecto, quien a pesar de ser uno de los hombres más buscados durante los primeros años de la reconstrucción, finalmente fue dado por muerto.
César Pérez Gellida |
Aquellos que pasáis habitualmente por aquí os daréis cuenta de que el planteamiento de Khimera no encaja en lo que suelen ser mis habituales lecturas, son pocas las ocasiones en las que me planteo leer novelas que nos hablen sobre hipotéticas situaciones futuras. Sin embargo, de vez en cuando se hace necesario dejar atrás nuestros prejuicios iniciales y alejarnos un poco de la zona de confort para descubrir otro tipo de historias, experiencia que siempre va a ir acompañada de una cierta incertidumbre, aunque en este caso a mí me duró pocas páginas pues al poco de comenzar la lectura César ya había logrado captar toda mi atención.
No obstante, esto no quiere decir que Khimera tenga un comienzo trepidante, más bien al contrario, la primera parte o movimiento de esta novela requiere una lectura pausada y concentrada, en la que necesitamos emplear toda nuestra atención y capacidad de retención si no queremos olvidar detalles o perdernos entre las múltiples novedades que configuran el nuevo mundo que el autor nos plantea. Sin embargo, una vez superadas estas páginas la historia va cogiendo intensidad a medida que vamos avanzando movimientos, y es que es esta la estructura que presenta la novela, una división en cuatro movimientos principales que quedan completados con un “preludio” inicial más un “rondó final”. A su vez cada uno de estos movimientos está dividido en lo que equivaldrían a capítulos, subdivididos internamente y logrando de esta manera imprimir mucho dinamismo a la lectura, pues siempre invita a leer un poquito más. Además para facilitar la labor al lector, César se encarga de ir introduciendo indicaciones que nos detallan la ubicación a la que nos trasladamos en cada momento, al ir la trama de Khimera alternándose entre diversos escenarios.
Estrechamente vinculado con esta estructura es necesario mencionar nuevamente un elemento que ya estaba muy presente en la trilogía de César Pérez Gellida: la música. En este caso el autor toma como base una pieza musical para estructurar Khimera, encontrándonos al principio del libro con lo que sería la galería de personajes, aunque en este caso cada uno tiene asignado un rol en relación con esa composición, desde la soprano encargada de poner voz hasta el mismo director, pasando por el bombo o los timbales. Es sin duda una forma original de presentarnos a las figuras que nos vamos a encontrar en las páginas siguientes, al igual que lo es la estructura en movimientos que equivaldrían a cada uno de los actos de esa sinfonía que introduce el preludio.
Por lo que se refiere al estilo, a aquellos que ya hemos leído algún libro de César Pérez Gellida nos va a resultar familiar pues aunque cambia de registro en cuanto a temática, su prosa sigue caracterizándose por el uso de un lenguaje claro y conciso que queda dominado por un ritmo cargado de intensidad que hace que el interés del lector no decaiga en ningún momento, ni siquiera cuando el desenlace queda desvelado bastantes páginas antes de alcanzar el final. Es este un movimiento arriesgado pero César consigue salir airoso y lograr que la novela no decaiga, más bien al contrario, sentimos la necesidad de seguir avanzando para conocer cómo se ha llegado a ese punto final. Es un narrador omnisciente el encargado de ir guiándonos por la historia, posibilitando múltiples cambios de perspectiva entre escenarios y personajes, necesarios en este libro para que tengamos acceso a conocer lo que está ocurriendo en todo momento.
El aspecto que más llama la atención cuando comienzas a leer Khimera es, sin duda, el planteamiento que el autor realiza de ese futuro que se perfila ya cercano. Define Noberto López en la nota inicial con la que abre el libro a César como "visionario del siglo XXI" y es un calificativo que comparto, pues describe con gran cercanía y realidad los cambios que de aquí a unos años experimentaremos en diferentes ámbitos de nuestra vida si el mundo sigue evolucionando en la misma línea que hasta ahora, y aunque en algunos aspectos no es preocupante, hay otros muchos planteamientos que nos invitan a pararnos y reflexionar acerca de la necesidad de poner límites antes de que sea demasiado tarde. No cabe duda de que el autor ha tenido que realizar un laborioso y meticuloso trabajo de documentación para estructurar un nuevo planeta en el que no solo se han llevado a cabo importantes cambios a nivel tecnológico y científico, sino que nos hemos enfrentado a devastadoras guerras cuyas consecuencias resultan aterradoras, como es el caso de esas criaturas que bajo la denominación de “duendes” protagonizan unas escenas cargadas de inquietud y repulsión.
Khimera es una obra en la que en cierta forma el calificativo de “novela coral” tendría cabida pues son varios los personajes cuyas tramas individuales se van entrecruzando a lo largo de las páginas, estando todas ellas vinculadas entre sí para formar un todo. La galería de personajes es bastante extensa aunque está formada por figuras tan diferentes entre sí que es fácil identificar con facilidad quién es quien y el papel que desempeña en el argumento. Sin embargo, no es la evolución de los personajes un aspecto en el que el autor se extienda innecesariamente pues no es el fin de Khimera, más bien podemos señalar que son los instrumentos necesarios para el desarrollo de la trama, estando, eso sí, todos ellos bien caracterizados, respondiendo a diferentes personalidades y persiguiendo cada uno unos intereses y objetivos definidos. Esta combinación de figuras tan dispares me ha gustado y pienso que es un acierto pues aumenta el interés del libro al introducir determinados interrogantes en torno a cada uno que a medida que avancemos irán dejando paso a interesantes e inesperados giros argumentales. Y es que a medida que avanzamos, sobre todo a partir del tercer movimiento, las sorpresas se suceden, incluyendo una que supone un golpe de efecto y con la que disfrutarán en mayor medida aquellos lectores que ya sean seguidores de los anteriores libros de César Pérez Gellida.
Comenzaba diciendo que Khimera no encajaba demasiado en mis preferencias lectoras pero eso no ha sido obstáculo para que haya disfrutado enormemente con su lectura. Su planteamiento inicial nos puede llevar a calificarla dentro de la ciencia ficción como una distopía, pero una vez que te adentras en ella te das cuenta de que va más allá de este simple etiquetado, combinando diferentes elementos que son los que van a posibilitar que disfruten con ella lectores con diferentes gustos literarios, como es mi caso. Es por eso que no puedo hacer una comparación ni deciros si es mejor o peor que otras novelas que siguen esta línea, ni siquiera he leído a George Orwell, pero sí os puedo decir que merece la pena superar nuestros recelos iniciales y darle una oportunidad. Khimera es uno de esos libros cuya lectura se hace necesaria no solo por disfrutar de la historia que desarrolla, si no por las reflexiones que en un segundo plano va generando en la mente del lector, invitándonos a plantearnos algunas cuestiones como la dependencia cada vez mayor que tenemos de la tecnología y la pérdida de libertad y privacidad que esto supone.
En definitiva, César Pérez Gellida ha decidido apostar en Khimera por un cambio de registro y creo que ha superado el reto sin dificultades, presentándonos una novela sólida y bien construida, que despierta el interés del lector desde las primeras páginas y que sorprende por el futuro tan real, cercano y creíble que proyecta. Sin lugar a dudas una obra muy recomendable tanto para los lectores aficionados a las distopías como para los seguidores de los thrillers, y a la que os recomiendo acercaros conociendo los menos datos posibles sobre su planteamiento y desarrollo para disfrutar de Khimera en toda su extensión.
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Gracias a la editotial por facilitarme el ejemplar para su reseña