Título: Pasaje de las Sombras
Autor: Arnaldur Indridason
Editorial: RBA Libros
Traducción: Fabio Teixidó
Traducción: Fabio Teixidó
Año: 2013
ISBN: 978-84-905-6048-8
Nº de páginas: 326
Pasaje de las sombras ha sido la primera novela que he leído del escritor y periodista islandés Arnaldur Indridason, obra que se hizo con el premio novela negra RBA en el año 2013. Al igual que la mayoría de obras de los autores nórdicos, me ha gustado bastante, por lo que no descarto repetir más adelante con alguna otra de sus publicaciones.
La novela se desarrolla a través de dos hilos temporales
que van entrelazando el presente con el pasado, partiendo de la muerte
de Stefán Pórdarson, un anciano cuyo cadáver es hallado por la policía
en su casa tras el aviso de una vecina. Aunque en un primer momento
todos los indicios apuntan a que ha muerto mientras dormía, el posterior
examen forense determinará que ha sido asfixiado, lo que pondrá en
marcha una investigación en la que la inspectora de la Policía Judicial,
desbordada de trabajo, aceptará la ayuda de Konrád, un compañero de
equipo retirado con el que sigue manteniendo contacto. Cuando en el
apartamento del anciano encuentren unos recortes de periódico en torno
al caso de una joven cuyo cadáver fue hallado en Reikiavik durante de la
época de la Segunda Guerra Mundial, Konrád comenzará a intentar
esclarecer este antiguo caso, pues está seguro de que guarda relación con el asesinato de Stefán. De esta manera y a través de una segunda línea argumental seguiremos el curso de lo sucedido en el año 1944
cuando los agentes Flóvent y Thorson investigan el hallazgo del cadáver
de una joven que ha sido estrangulada y abandonada en la parte trasera
del Teatro Nacional de Reikiavik.
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Arnaldur Indridason (Fuente) |
El argumento se desarrolla a través de cincuenta y tres capítulos de corta extensión en los que se van alternando ambos periodos temporales, quedando ambas tramas equilibradas. En todos se emplea un narrador omnisciente en tercera persona del pasado y el ritmo que sigue la narración es muy dinámico gracias a la tensión narrativa, los constantes saltos temporales y la brevedad de los capítulos. Arnaldur Indridason escribe con un estilo conciso, sobrio y depurado, empleando un lenguaje claro y sencillo que facilita y agiliza la lectura, además de mantener la tensión narrativa a lo largo de todos los capítulos. Pasado y presente están perfectamente combinados para que el lector vaya siguiendo los avances en ambas investigaciones y uniendo las piezas paulatinamente, sin adelantarse a los acontecimientos ni extraer conclusiones precipitadas.
En Pasaje de las Sombras, Arnaldur Indridason da vida a una serie de personajes que aparecen bien perfilados y diferenciados unos de otros, de tal forma que para el lector es sencillo establecer quién es quien y el papel que desempeñan en el desarrollo de la trama. Si bien en una de las historias podemos establecer que Konrád ostenta todo el protagonismo al llevar el peso de la investigación, en la otra parte es más complicado pudiendo afirmar que estamos ante una trama coral, en la que todas las figuras que intervienen adquieren cierto grado de importancia. De esta manera, la profundidad con la que están definidos los personajes difiere entre un caso y otro, siendo Konrád la persona a la que llegamos a conocer más a fondo al tener acceso a algunos datos de su pasado, aunque no es esta una novela que se centre en la evolución de los caracteres de sus personajes, y por lo tanto no vamos a encontrar este aspecto en ninguno de ellos.
Me ha gustado la elección que Indridason ha realizado para dar forma al investigador de este caso pues no encaja en la figura que suele ser más habitual encontrar en este tipo de novelas, y así estamos ante un hombre ya retirado a causa de su edad,
pero que echa de menos su trabajo y por eso sigue intentando colaborar
en algunos casos. No encontramos en él un perfil atormentado a pesar de
que, gracias al vínculo que se creará con el caso que investiga,
descubramos algunas de las sombras de su pasado.
Ambas tramas se desarrollan en la ciudad de Reikiavik y, aún sin entrar en excesivos detalles ni descripciones, Arnaldur Indridason consigue recrear una atmósfera que adquiere especial relevancia en la época de la Segunda Guerra Mundial.
El Teatro Nacional junto a sus alrededores, especialmente el callejón
que da título a la novela, son los escenarios más destacables en ambos
periodos, aunque Konrád nos permitirá movernos por esta ciudad
descubriendo otras ubicaciones.
Resulta así mucho más llamativa la ambientación en el contexto de los 40, dibujada en tonos grises y opresivos acorde con la situación que se vivía en Islandia en esos años. Sin entrar en demasiados detalles, Indridason nos da pinceladas de la historia del país
tras sufrir varias crisis económicas, la epidemia de gripe española en
1918 o la ocupación británica y, años más tarde, Norteamérica, lo que
provocaría la llegada a la isla de un elevado número de soldados que
modificarían la forma de vida en la ciudad. La situación en la que se encuentra la población en estos años queda bastante bien reflejada,
sufriendo muchas familias hambre y escasez unidas a los rigores de un
frío invierno, circunstancia que contrasta con la posición de las
pertenecientes a las clases más altas. Especial importancia tiene la relación entre las mujeres islandesas y los soldados,
llegando a establecerse una comisión al respecto y utilizando una sola
palabra para englobar todo este descontrol: la “situación”.
Islandia es un país con una fuerte influencia de creencias y leyendas populares, temas que están muy presentes en Pasaje de las Sombras y así desde los primeros capítulos observaremos la presencia de elfos y seres ocultos que influirán en la investigación, aunque todo esto queda perfectamente incorporado y explicado en la historia por lo que no encontramos tintes sobrenaturales ni la trama pierde credibilidad en ningún momento, plasmando el fuerte arraigo de estas creencias en la sociedad de dicha época. Igualmente integrados en el desarrollo de los hechos quedan otros temas que Irdridalson aborda y que nos permiten observar un interesante trasfondo social entre ellos el maltrato, la situación y derechos de la mujer, el aborto, el machismo, la homosexualidad o la eutanasia.
En resumen, Pasaje de las Sombras me ha resultado una obra con un buen planteamiento en el que a través de dos líneas argumentales perfectamente integradas se van desarrollando sendas investigaciones, resultando una lectura ágil y entretenida con la que creo que disfrutarán los aficionados a la novela negra y, especialmente, aquellos que sean seguidores de los autores nórdicos.
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