Autor: Mayte Esteban
Editorial: Harlequin Iberica
Año: 2015
ISBN: 978-84-6876-612-6
Nº de páginas aprox.: 258
La chica de las fotos es el título de la última novela publicada por Mayte Esteban y con la que ha quedado finalista en el III Premio Digital, convocado por la editorial Harlequin. Puesto que Mayte me había anunciado que saldría a la venta en junio, llevaba tiempo esperando que llegase el día para hacerme con ella y leerla, con lo que en cuanto tuve oportunidad me puse a ello y en prácticamente un día la había comenzado y terminado.
El inicio de "La chica de las fotos" nos sitúa en el pueblo de Grimiel, una tranquila localidad de montaña en la que se encuentra ubicado un hotel rural en el que trabaja como camarera de pisos Rocío, joven de veinticinco años que combina su empleo con los preparativos de su boda, que tendrá lugar en poco más de un mes. A este mismo hotel llegan para pasar unos días de descanso antes del estreno de su última película Alberto Enríquez y Lucía Vega, dos de los más afamados actores de cine del momento, lo que obliga a Rocío a hacer horas extra además de tener que encargarse de labores que no son propias de su puesto. Por si esto no fuese suficiente, Rocío no logrará pasar desapercibida y pronto Alberto comenzará a interesarse por esa camarera que parece mostrarse indiferente ante sus encantos, haciendo todo lo posible por captar su atención sin tener en cuenta las consecuencias que las manipulaciones de la prensa sensacionalista puedan ocasionar.
Mayte Esteban |
La chica de las fotos ha sido la quinta novela de Mayte Esteban que he leído y al igual que con las anteriores, he disfrutado mucho tanto con sus personajes como con su forma de narrar y la historia que presenta. Si hay algo que me gusta en sus libros, además de la diversidad de registros que aborda, es la capacidad que tiene para atrapar al lector desde el inicio gracias a unos personajes entrañables con los que te encariñas rápidamente, por lo que es difícil abandonar la lectura sin descubrir qué va a ser de sus vidas en las páginas restantes.
Estructuralmente La chica de las fotos me ha recordado bastante a Detrás del cristal ya que también en este caso nos encontramos con una división en “tomas” o capítulos que internamente se presentan subdivididos en otras partes más cortas que quedan identificadas por el momento del día y lugar en el que se sitúa la acción. Creo que esta forma de presentar la narración es un acierto pues imprime mucha agilidad y dinamismo al desarrollo, invitando siempre a leer un poco más y haciendo que avancemos rápidamente y casi sin darnos cuenta. A esto también contribuye el estilo de la autora, caracterizado por una frescura, sencillez y naturalidad que resultan muy agradables, destacando sus diálogos, que en muchos casos aportan un toque de humor, y las descripciones con las que adereza las escenas.
Al igual que sucedía en Detrás del cristal, pienso que uno de los puntos fuertes del libro son sus personajes. Mayte consigue acercarnos a unas personas que nos resultan muy cercanas y realistas, dotándoles de personalidades que se mantienen coherentes y en las que observamos rasgos que fácilmente podemos identificar en nuestro entorno, lo que hace que los percibamos con mayor proximidad y conectemos con ellos. En el eje central de la trama podemos situar a Rocío, aunque en este caso el protagonismo está bastante equilibrado entre ella y Alberto. Es una joven que no destaca por nada en especial pero precisamente en esta sencillez es donde radica su encanto, ganándose nuestro aprecio desde el principio. A Alberto por el contrario hay que ir descubriéndole pausadamente a medida que avanza la trama ya que en un principio conoceremos su faceta pública, tras la que se esconde su auténtica personalidad, más humana y tierna.
Igualmente destacables son los personajes que conforman la galería de secundarios en la obra y es que Mayte nos presenta a una serie de figuras cuidadas con mimo y detalle que se ganan una posición propia en el desarrollo de la historia, teniendo en algunos casos sus propias subtramas. A pesar de que todos me han gustado, es inevitable destacar a Luisa, una mujer que con su carácter grosero, áspero y gruñón consigue ganarse nuestro cariño y simpatía gracias a sus espontáneas reacciones y al corazón bondadoso que en el fondo se aprecia. También me ha resultado muy simpático el hermano de Alberto, un joven de quince años irresponsable y un tanto descarado cuyo ingenio y salidas aportan un punto cómico en esta obra.
Junto a sus personajes, otro aspecto con el que he disfrutado en "La chica de las fotos" es con su ambientación, especialmente la relativa a las partes que transcurren en la localidad de Grimiel. Mayte nos acerca a este pueblo ficticio con calidez, haciéndonos partícipes de la tranquilidad y armonía que en el mismo se respira, aunque la mayor parte de las escenas tienen lugar en interiores. El hotel en el que trabaja Rocío se convierte así en el foco principal, dándonos la autora todo tipo de detalles para que nos hagamos una clara idea de su aspecto y distribución, además de transmitirnos las sensaciones que en el mismo experimentaríamos. Es un lugar que resulta muy acogedor, más teniendo en cuenta que la acción transcurre en invierno y apetece refugiarse frente a su chimenea o relajarse en la preciosa habitación de la que disfrutan Lucía y Alberto. Y lo mismo sucede con la casa rural ubicada en esta localidad, Mayte consigue que deseemos dejarlo todo e ir a descansar durante unos días a una casita tan bella y apacible como esta, en la que parece que los problemas se quedan fuera.
Finalmente señalar que aunque La chica de las fotos queda encuadrada dentro del género romántico, en su interior no vamos a encontrar únicamente una historia de amor sino que Mayte Esteban se sirve de la trama para abordar lo que sucede en torno al mundo de la prensa del corazón, realizando una crítica hacia su funcionamiento que nos invita en cierta forma a reflexionar sobre todo este mundillo. Mayte expone cuestiones como la manipulación a la que se somete la información, la falsedad de algunas de las noticias que los medios nos presentan y que no son más que montajes para obtener algún beneficio, el acoso al que son sometidos ciertos personajes públicos, la dificultad de separar su ámbito privado del social, el interés que mueve a ciertos medios o los daños y molestias que se pueden ocasionar a esas personas que sin quererlo se ven implicadas en determinadas situaciones. Me ha resultado original la elección de este tema como telón de fondo a la trama principal ya que no recuerdo haber leído ningún libro anteriormente centrado en ello y también creo que Mayte lo ha planteado de una forma acertada.
Así que resumiendo, La chica de las fotos es una lectura fresca, amena, ágil y sumamente entretenida, que engancha desde las primeras páginas gracias a sus entrañables personajes, y en la que junto al componente romántico, nos vamos a encontrar con ciertas reflexiones y un poco de crítica en torno al mundo de la prensa del corazón y, en este caso, las estrellas de cine.
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