Título: La caída de los gigantes
Serie/Saga: The Century I
Autor: Ken Follett
Editorial: Plaza & Janés
Año: 2010
ISBN: 9788401337635
Nº de páginas: 1024
SINOPSIS: Lee la sinopsis de este libro pinchando AQUÍ
A pesar de que Ken Follett es un autor que me gusta mucho,
tenía pendiente de leer La caída de los gigantes desde que se publicó en el año
2010, principalmente porque siempre me cuesta adentrarme en novelas que tienen
tantas páginas y más cuando como en este caso, es la primera parte de una
trilogía, parece que al no estar publicada la segunda hay mucho tiempo por
delante aún para ponerse con ella. Cuando el pasado mes de septiembre salió a
la venta la segunda parte, El invierno del mundo, esto cambió y me dije que ya
no podía retrasar más la lectura del primer volumen, había llegado el momento
de hacerle un hueco entre mis lecturas.
Este volumen abarca el periodo comprendido entre los años
1911 y 1924 y en él se recoge la historia de cinco familias de diferentes
países, que vamos descubriendo a medida que avanzamos por sus páginas.
Conocemos en primer lugar a Billy Williams en Aberowen, Gales del Sur, quien el
mismo día que cumple trece años tiene que bajar por primera vez a la mina, al
igual que la mayoría de hombres de la ciudad a su misma edad. El dueño de las minas
de la localidad es el conde Fitzherbert, que vive en una enorme mansión junto a
su esposa, la princesa de origen Ruso Bea y en esta casa comienza a ejercer
como ama de llaves la hermana de Billy, Ethel Williams.
Así mismo, en la familia Fitzherbert también encontramos a
su hermana Lady Maud, quien a pesar de su posición es una activista que lucha
por los derechos de la mujer y de los trabajadores, quien iniciará una relación
secreta con el amigo alemán de la familia, Walter von Ulrich, del que siempre
ha estado enamorada.
Mientras tanto, en Rusia encontramos a los hermanos Peshkov,
Grigori y Lev, huérfanos desde niños y que sueñan con abandonar algún día su
país. Grigori es el mayor, un obrero metalúrgico que siempre se ha ocupado de
su hermano pequeño y que espera algún día emigrar a Estados Unidos para
comenzar una vida mejor que les permita salir de la pobreza. En cambio su
hermano Lev es un irresponsable que siempre acaba metido en líos de los que
está acostumbrado a que su hermano le saque. En uno de estos altercados se verá
envuelto en una acusación de asesinato y tendrá que abandonar Rusia
precipitadamente, instalándose definitivamente en Estados Unidos donde comienza
a trabajar para Josef Vyalov, un hombre de negocios relacionado con la mafia
rusa.
Y para terminar, en Estados Unidos también conoceremos a Gus
Dewar, un joven asesor del presidente Wilson, amigo de la familia Vyalov, de
cuya hija Olga está enamorado.
A grandes rasgos estas serían las principales líneas
argumentales que se irán desarrollando en La caída de los gigantes, ya que a lo
largo de los años iremos siguiendo el curso de la vida de estas familias,
marcada por acontecimientos tan importantes como la Primera Guerra Mundial o la
Revolución rusa. Sus destinos se irán cruzando y entrelazando de diferentes
maneras, dando lugar a una novela que combina con maestría y de manera
equilibrada varios elementos que la hacen muy atractiva entre ellos romance,
relaciones familiares, historia, drama, guerra o política.
A pesar de sus más de mil páginas y el amplio número de
personajes que desfilan por sus páginas La caída de los gigantes es un libro
que se lee con gran facilidad, tanto por el estilo que utiliza el autor como
por la forma en la que están desarrolladas las diferentes líneas argumentales.
En sus primeras páginas nos encontramos con un listado de personajes agrupados
por nacionalidad y dentro de estos grupos a su vez se separan las diferentes
familias, los personajes que quedan al margen de las mismas y los personajes
históricos reales. Es por tanto una guía muy útil para no perderse a lo largo
de la lectura o para resolver cualquier duda que pueda surgir.
Tras el prólogo nos encontramos con una división en tres
grandes partes correspondientes al periodo anterior a la guerra, el desarrollo
de la misma y la situación posterior: El cielo amenazador, La guerra de los
gigantes y La formación de un nuevo mundo. A su vez cada una de ellas está
dividida en diversos capítulos en cuyo inicio nos indican la fecha en la que
nos encontramos y dentro de estos también existen sus propias divisiones,
identificadas a través de numeración romana y que abarcan los diferentes
frentes de acción. Todo ello se desarrolla a través de una narración que sigue
un curso lineal y en la que se utiliza un narrador en tercera
persona.
Ken Follett escribe con una prosa nítida y ágil, sin adornos
ni complicaciones y con una combinación equilibrada entre diálogos, que
facilitan la lectura y narración, destacando en ésta las descripciones de los
escenarios y ambientes en los que se mueven los personajes. Da lugar así a una
novela amena y muy entretenida, en la que se mantiene un ritmo pausado pero
constante y que al menos a mí no se me ha hecho pesada en ningún momento,
incluso el desarrollo de la guerra que puede ser más lento para quienes no
disfruten de las escenas bélicas y de estrategia. No es un libro con grandes
dosis de acción o misterio pero eso no es obstáculo para que logre captar la
atención del lector, más bien sigue el curso de la vida de los diferentes
personajes centrándose en detallar al mismo tiempo el ambiente en el que se
mueven, consiguiendo así que el lector se implique en la vida de los mismos y
necesite saber qué destino van a seguir.
Es por eso que no sería equivocado calificarla como una
novela coral ya que recoge la vida de varios personajes, dotando a todos ellos
de un alto grado de protagonismo en función de su papel en el desarrollo de los
acontecimientos. Y este es uno de pilares más importantes del libro, ya que
todos ellos han sido caracterizados con acierto y están muy bien construidos, diferenciándose
unos de otros gracias a que cada uno tiene una personalidad propia que lo
individualiza y mantienen una evolución coherente a lo largo del tiempo,
adaptándose progresivamente a los cambios que van marcando los acontecimientos
que les toca vivir. Esto logra que la novela se siga muy bien, a pesar de que
al principio el autor nos expone una guía que incluye a todos ellos y sus
relaciones, en mi caso no he necesitado volver a ella en ningún momento ya que
tenía muy claro quién era quien y el papel que desempeñaba. Es algo que es de
agradecer cuando te enfrentas a un libro de estas características y Ken Follett
lo consigue de una forma sencilla, logrando una cercanía del lector con los
personajes que hace que estos sean como viejos conocidos y por lo tanto no haya
problema a la hora de situarlos y relacionarlos.
Un aspecto que me ha gustado mucho es que a la hora de
seleccionar a las familias protagonistas, el autor lo ha hecho de tal forma que
tengamos diferentes puntos de vista en función de su posición social y de sus
ideologías. Así tenemos por un lado en cuanto a su posición protagonistas que
pertenecen a la clase trabajadora y otros que pertenecen a la aristocracia,
personas que igualmente son trabajadores pero con una posición social mucho más
alta que les permite relacionarse con las altas esferas de la sociedad y por lo
que se refiere a sus ideologías hay quienes defienden la guerra y otros buscan
la paz, pero cada uno tiene sus motivos y los defiende y justifica, es por eso
que no podemos calificarlos de buenos o malos, cada uno actúa guiado por los
principios que considera más adecuados.
Sería muy extenso hablaros de todos los personajes, por lo que me limitaré a señalar únicamente mis
preferencias en cuanto a los mismos. Me
quedo con las historias de dos mujeres inteligentes, fuertes y luchadoras como
son Ethel Williams y Maud Fitzherbert. En el caso de la primera me ha gustado
especialmente su carácter impulsivo, la firme defensa de sus principios y la
tenacidad con la que defiende lo que quiere. Es una persona interesante por la
evolución que sigue su vida y porque es una clara demostración de que con esfuerzo
y constancia todo es posible.
En el caso de Maud, además de gustarme su faceta
revolucionaria y de defensa de los derechos de la mujer al margen de su
posición privilegiada, me ha conquistado su relación con Walter. Creo que es la
historia de amor más bonita de todas las que encontramos en este volumen y por
ello se han convertido en mi pareja preferida.
Los secundarios también son muy amplios y variados, pero al
igual que los principales están bien definidos y se les llega a conocer e
identificar fácilmente. Aquí nos encontramos no solo con personajes de ficción
sino también con figuras reales que aparecen perfectamente integradas en el
desarrollo, siendo normal que aparezcan en un momento determinado y se
relacionen con el resto de personajes con naturalidad. Entre ellos encontramos
por ejemplo a Woodrow Wilson, el rey Jorge V, Winston Chruchill, el General
Galliéni, León Trotski o Vladímir Iliich Lenin, muchos de ellos figuras que
jugaron un papel importante en el desarrollo de los acontecimientos que se
recogen en La caída de los gigantes.
Si los personajes tienen mucho peso en esta novela, lo mismo
sucede con el contexto histórico en el que se desarrollan las diferentes líneas
argumentales y del que son testigos tanto directos como indirectos los
diferentes protagonistas. El trabajo de documentación que ha realizado el autor
es excelente y a través de la lectura de la obra asistimos a una lección de
historia de los primeros años del siglo XX, que nos permitirá no solo descubrir
los hechos más importantes que marcaron cada periodo, sino también las
motivaciones y las causas que dieron lugar a los mismos y diversos aspectos que
caracterizaban a la sociedad de la época, como su forma de vestir, sus
viviendas, profesiones, fiestas, etc.
El acontecimiento histórico más importante en estos años es
sin duda la Primera Guerra Mundial y por lo tanto es el que aparece más
desarrollado, dando una visión detallada de las causas que llevaron al
estallido de la misma y de las políticas que adoptó cada gobierno.
Al mismo tiempo y en otro frente también se desarrolla la
Revolución Rusa, iniciándose con el derrocamiento del régimen zarista y dejando
constancia a través de la narración de los motivos que llevaron a los rusos a
la misma y de todo lo que sucedió posteriormente y de los cambios que se
produjeron tanto a nivel económico como social.
Estos quizás son los dos hechos más relevantes y en los que
se centra principalmente la novela pero no por ello quedan en el olvido
aspectos como el sufragio de la mujer o la mejora de las condiciones laborales,
muy importantes también en un periodo lleno de cambios y progreso que
vemos reflejado en la vida de los protagonistas.
Algo que me ha gustado mucho es que Ken Follett recoge
multitud de hechos relevantes y anécdotas de las que quizás no se ha hablado
tanto y por lo tanto resultan curiosas y llamativas. Yo he de reconocer que de
este periodo de la historia no tenía una idea muy clara, me faltaban muchos
datos y gracias a esta lectura no solo he disfrutado aprendiendo un poco más de
historia, sino que me ha encantado que nos cuente por ejemplo la historia de
los taxistas parisinos que llevaron a las tropas al frente o cuando ambos
bandos se dan una tregua y conversan en Navidad.
Desde mi punto de vista es una novela muy recomendable en
todos los aspectos. Con una trama interesante y bien desarrollada nos acerca a
un periodo amplio de la historia, recogiendo con minuciosidad todos los grandes
acontecimientos históricos del mismo y por lo tanto merece la pena leer esta
obra a nivel histórico e instructivo. Pero al margen de que nos interese o no este
aspecto, las líneas argumentales que se desarrollan en La caída de los gigantes
resultan interesantes y amenas, consiguiendo Ken Follett que una vez que
empiezas a leer te impliques en la vida de todos sus protagonistas y no puedas
abandonar el libro hasta descubrir qué rumbo seguirán sus vidas.
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