Autor: Ana B. Nieto
Editorial: Ediciones B
Año: 2013
ISBN: 978-84-666-5303-9
Nº de páginas: 512
SINOPSIS: Lee la sinopsis de este libro pinchando AQUÍ
Los que os pasáis por aquí habitualmente ya conocéis mi gran afición por las sagas familiares por lo que cuando me presentaron La huella blanca, que encajaba en este género además de ser una novela histórica, no me pude resistir y en cuanto la tuve en mis manos comencé inmediatamente su lectura.
La huella blanca es la opera prima de Ana B. Nieto y además es la primera parte de la trilogía “El niño robado”, una saga familiar, como os comentaba anteriormente, ambientada en la Irlanda del siglo V d.C. En este punto muchos estaréis pensando que no os apetece comenzar una nueva trilogía, yo reconozco que a mí también me da pereza, pero no hay ningún problema en leer este libro de forma independiente pues el final queda bastante cerrado e imagino que el siguiente volumen se centrará en la siguiente generación, al igual que sucede por ejemplo con las novelas de Sarah Lark.
La historia de La huella blanca se sitúa en Irlanda en el siglo V d.C., un periodo en el que la isla cuenta con una población fragmentada en multitud de pequeños reinos y en la que convive la cultura celta con el cristianismo. En uno de los asaltos al pueblo vecino de los Barr, Bróenán, rey de los Necht, decide llevarse a Ciarán, el último niño perteneciente a esta tribu y cuyos padres, al igual que el resto del pueblo, han sido asesinados. Será criado por Bróenán como si fuese su hijo, con la ayuda de su hermana Derdriu, rompiendo con ello todas las normas humanas y divinas de su pueblo.
Ciarán crecerá ignorando sus orígenes y compartiendo juegos con Olwen, joven de la que siempre ha estado enamorado y con la que planea casarse. Sin embargo hay otro joven que también anhela el matrimonio con Olwen y será así como, en un disputa por el amor de la muchacha, Diarmait acabe confesando a Ciarán su verdadero pasado. Este descubrimiento será un duro golpe para él que se sentirá ofendido, engañado y humillado y no podrá perdonar a Bróenán, por lo que acabará dejando el pueblo, aunque con la promesa de regresar a buscar a Olwen para casarse. Será así como inicie una aventura en la que tendrá que superar múltiples obstáculos que les alejarán, aunque nunca olvidará el amor que les une y luchará por formar la familia con la que siempre han soñado, desafiando para ello a sus tribus, sus dioses y sus destinos.
Uno de los aspectos que más me ha gustado en La huella blanca es el periodo en el que está ambientada pues hasta ahora no había leído ningún otro libro que transcurriese en Irlanda en esa época. Es por eso que además de disfrutar de la historia que la autora desarrolla me ha resultado muy interesante descubrir la forma de vida y costumbres de las gentes que habitaban estas tierras. Al principio me costó un poco introducirme en la historia debido principalmente a que no conseguía relacionar los nombres de los personajes con su posición en la trama, pero una vez superado este pequeño obstáculo me he metido de lleno en la novela disfrutando de su lectura.
En un primer vistazo a la edición de La huella blanca vemos que contiene una serie de elementos que nos servirán de ayuda durante la lectura. Comienza recogiendo dos mapas que nos darán una idea de la situación tanto de Irlanda como de Gran Bretaña en el siglo V y al final del libro se incluye un árbol genealógico de la dinastía Eóganacht junto a un dramatis personae en el que se enumeran los distintos personajes que aparecen a lo largo de las páginas diferenciando los históricos de los ficticios, además de un glosario con la explicación de algunos términos fundamentales para la comprensión del texto y la representación del calendario celta. A mí ha sido un material de consulta que me ha resultado muy útil, especialmente el de los personajes al que he tenido que recurrir en más de una ocasión.
Dejando a un lado estos anexos, la novela se encuentra dividida en tres grandes partes compuestas por diversos capítulos en los que siguiendo un curso lineal se va desarrollando la historia a través de un narrador en tercera persona que va alternando entre los diferentes escenarios y personajes, aunque la mayor parte está enfocada para contar lo que sucede con Ciarán y con Olwen. La obra está escrita de una forma sencilla y clara, empleando un estilo cuidado que incluye el uso de términos propios del periodo cuando así es necesario, quedando algunos traducidos en notas a pie de página. Si bien la autora no entra en excesivos detalles en sus descripciones, sí consigue dar los toques necesarios para que tengamos una idea clara de la atmosfera en la que se va desarrollando la acción, manteniendo por otra parte una acertada combinación entre narrativa y diálogos que hacen que el ritmo sea ágil y fluido, conservando la atención del lector y logrando que sea una lectura muy amena.
Aunque en un primer momento puede parecer que La huella blanca se centrará en desarrollar una trama romántica en torno a la pareja formada por Ciarán y Olwen, una vez nos adentramos en sus páginas descubrimos que, aunque ambos conforman el eje central en torno al que se va desgranando el argumento, la historia de amor ocupa una especie de segundo plano y lo más relevante es descubrir las aventuras y obstáculos a los que tienen que hacer frente. Por otra parte y aunque ambos son los personajes principales, Ciarán ocupa una posición mucho más relevante y buena parte del libro se centra en narrar lo que sucede con él, mientras que Olwen no adquiere mayor protagonismo hasta pasada la mitad de la obra.
Ciarán es un personaje cuya construcción me ha gustado y ha hecho que haya seguido su evolución con interés. Tiene una personalidad marcada por un carácter impetuoso, orgulloso, temperamental, resistente, un tanto dominante y lleno de energía y vitalidad. Uno de los aspectos que más destaca en él es la conexión que tiene con los caballos pues todos afirman que es hijo de la diosa Macha, logrando así una conjunción que le permite superar difíciles pruebas y obstáculos.
Por el contrario Olwen es una joven con un carácter dulce, sereno y afectuoso aunque también se muestra independiente, firme en sus convicciones y no duda en rebelarse y defender lo que quiere, aunque en muchas ocasiones se sienta superada por la tragedia y las consecuencias de sus actos.
Si bien La huella blanca está centrada en una única línea argumental en torno a esta pareja, son muchos los personajes secundarios que vamos conociendo a lo largo de las páginas en función del contacto y el papel que juegan en la vida y destino de ellos. Las figuras de su círculo familiar, amigos que defenderán la lealtad y amistad a pesar de las circunstancias, personas que se cruzarán en sus caminos ofreciéndoles su ayuda y despertando nuevos sentimientos o los enemigos a los que tendrán que hacer frente conforman un amplio mosaico de personalidades con marcados rasgos que los individualizan y definen, dando lugar a los diferentes episodios que marcan el curso de la narración.
Os comentaba anteriormente que uno de los aspectos que más me había llamado la atención en La huella blanca era el contexto histórico en el que se desarrollaba y en este sentido pienso que la autora ha realizado un gran trabajo para acercar el mismo al lector con todo lujo de detalles. Este contexto queda integrado en la narración con naturalidad de tal modo que no nos encontramos con explicaciones o excesivos datos que aburran al lector si no que a través de las vivencias de los personajes vamos conociendo su forma de vida, costumbres, creencias, organización social, dioses, magia o religión, es decir, todos aquellos aspectos fundamentales para comprender el periodo en el que se desarrolla la historia.
Como ya señalé la novela está ambientada en el siglo V, periodo en el que Irlanda se encuentra dividida en pequeños reinos o pueblos independientes denominados Túath y Ana B. Nieto nos acerca a aspectos como su modo de vida, las costumbres de sus gentes, matrimonios, cuestiones políticas, comercio o relaciones que mantienen entre los diferentes pueblos. La religión también está presente en la obra y así queda reflejada la convivencia entre las creencias y cultos celtas con el cristianismo, encontrándonos en un momento en el que llegan a la isla los primeros misioneros encargados de convertir a sus habitantes a la fe cristiana. Y en este punto juega un importante papel San Patricio, conteniendo la obra una aproximación a su llegada a la isla y lo que fueron sus primeros años e imagino que será una figura que seguirá desarrollando en los otros dos volúmenes.
Llegados a este punto creo que es evidente que La huella blanca ha sido una novela que me ha gustado mucho. Creo que Ana B. Nieto ha construido una obra en la que se aprecia su cariño por las tierras irlandesas y el esfuerzo que ha realizado para que el lector se sienta transportado a través de la lectura a esta etapa de su pasado. En mi caso puedo afirmar que lo ha conseguido y he disfrutado mucho con la historia de Ciarán y Olwen y con el contexto y ambientación en los que la misma se desarrolla, por lo que ya estoy deseando que se publique la segunda parte de esta trilogía para volver a sumergirme en este fascinante periodo.
Nota: Reedito la entrada para indicar que ya está a la venta la segunda parte de la trilogía: Los hijos del caballo
La huella blanca es la opera prima de Ana B. Nieto y además es la primera parte de la trilogía “El niño robado”, una saga familiar, como os comentaba anteriormente, ambientada en la Irlanda del siglo V d.C. En este punto muchos estaréis pensando que no os apetece comenzar una nueva trilogía, yo reconozco que a mí también me da pereza, pero no hay ningún problema en leer este libro de forma independiente pues el final queda bastante cerrado e imagino que el siguiente volumen se centrará en la siguiente generación, al igual que sucede por ejemplo con las novelas de Sarah Lark.
La historia de La huella blanca se sitúa en Irlanda en el siglo V d.C., un periodo en el que la isla cuenta con una población fragmentada en multitud de pequeños reinos y en la que convive la cultura celta con el cristianismo. En uno de los asaltos al pueblo vecino de los Barr, Bróenán, rey de los Necht, decide llevarse a Ciarán, el último niño perteneciente a esta tribu y cuyos padres, al igual que el resto del pueblo, han sido asesinados. Será criado por Bróenán como si fuese su hijo, con la ayuda de su hermana Derdriu, rompiendo con ello todas las normas humanas y divinas de su pueblo.
Ciarán crecerá ignorando sus orígenes y compartiendo juegos con Olwen, joven de la que siempre ha estado enamorado y con la que planea casarse. Sin embargo hay otro joven que también anhela el matrimonio con Olwen y será así como, en un disputa por el amor de la muchacha, Diarmait acabe confesando a Ciarán su verdadero pasado. Este descubrimiento será un duro golpe para él que se sentirá ofendido, engañado y humillado y no podrá perdonar a Bróenán, por lo que acabará dejando el pueblo, aunque con la promesa de regresar a buscar a Olwen para casarse. Será así como inicie una aventura en la que tendrá que superar múltiples obstáculos que les alejarán, aunque nunca olvidará el amor que les une y luchará por formar la familia con la que siempre han soñado, desafiando para ello a sus tribus, sus dioses y sus destinos.
Uno de los aspectos que más me ha gustado en La huella blanca es el periodo en el que está ambientada pues hasta ahora no había leído ningún otro libro que transcurriese en Irlanda en esa época. Es por eso que además de disfrutar de la historia que la autora desarrolla me ha resultado muy interesante descubrir la forma de vida y costumbres de las gentes que habitaban estas tierras. Al principio me costó un poco introducirme en la historia debido principalmente a que no conseguía relacionar los nombres de los personajes con su posición en la trama, pero una vez superado este pequeño obstáculo me he metido de lleno en la novela disfrutando de su lectura.
En un primer vistazo a la edición de La huella blanca vemos que contiene una serie de elementos que nos servirán de ayuda durante la lectura. Comienza recogiendo dos mapas que nos darán una idea de la situación tanto de Irlanda como de Gran Bretaña en el siglo V y al final del libro se incluye un árbol genealógico de la dinastía Eóganacht junto a un dramatis personae en el que se enumeran los distintos personajes que aparecen a lo largo de las páginas diferenciando los históricos de los ficticios, además de un glosario con la explicación de algunos términos fundamentales para la comprensión del texto y la representación del calendario celta. A mí ha sido un material de consulta que me ha resultado muy útil, especialmente el de los personajes al que he tenido que recurrir en más de una ocasión.
Dejando a un lado estos anexos, la novela se encuentra dividida en tres grandes partes compuestas por diversos capítulos en los que siguiendo un curso lineal se va desarrollando la historia a través de un narrador en tercera persona que va alternando entre los diferentes escenarios y personajes, aunque la mayor parte está enfocada para contar lo que sucede con Ciarán y con Olwen. La obra está escrita de una forma sencilla y clara, empleando un estilo cuidado que incluye el uso de términos propios del periodo cuando así es necesario, quedando algunos traducidos en notas a pie de página. Si bien la autora no entra en excesivos detalles en sus descripciones, sí consigue dar los toques necesarios para que tengamos una idea clara de la atmosfera en la que se va desarrollando la acción, manteniendo por otra parte una acertada combinación entre narrativa y diálogos que hacen que el ritmo sea ágil y fluido, conservando la atención del lector y logrando que sea una lectura muy amena.
Aunque en un primer momento puede parecer que La huella blanca se centrará en desarrollar una trama romántica en torno a la pareja formada por Ciarán y Olwen, una vez nos adentramos en sus páginas descubrimos que, aunque ambos conforman el eje central en torno al que se va desgranando el argumento, la historia de amor ocupa una especie de segundo plano y lo más relevante es descubrir las aventuras y obstáculos a los que tienen que hacer frente. Por otra parte y aunque ambos son los personajes principales, Ciarán ocupa una posición mucho más relevante y buena parte del libro se centra en narrar lo que sucede con él, mientras que Olwen no adquiere mayor protagonismo hasta pasada la mitad de la obra.
Ciarán es un personaje cuya construcción me ha gustado y ha hecho que haya seguido su evolución con interés. Tiene una personalidad marcada por un carácter impetuoso, orgulloso, temperamental, resistente, un tanto dominante y lleno de energía y vitalidad. Uno de los aspectos que más destaca en él es la conexión que tiene con los caballos pues todos afirman que es hijo de la diosa Macha, logrando así una conjunción que le permite superar difíciles pruebas y obstáculos.
Por el contrario Olwen es una joven con un carácter dulce, sereno y afectuoso aunque también se muestra independiente, firme en sus convicciones y no duda en rebelarse y defender lo que quiere, aunque en muchas ocasiones se sienta superada por la tragedia y las consecuencias de sus actos.
Si bien La huella blanca está centrada en una única línea argumental en torno a esta pareja, son muchos los personajes secundarios que vamos conociendo a lo largo de las páginas en función del contacto y el papel que juegan en la vida y destino de ellos. Las figuras de su círculo familiar, amigos que defenderán la lealtad y amistad a pesar de las circunstancias, personas que se cruzarán en sus caminos ofreciéndoles su ayuda y despertando nuevos sentimientos o los enemigos a los que tendrán que hacer frente conforman un amplio mosaico de personalidades con marcados rasgos que los individualizan y definen, dando lugar a los diferentes episodios que marcan el curso de la narración.
Os comentaba anteriormente que uno de los aspectos que más me había llamado la atención en La huella blanca era el contexto histórico en el que se desarrollaba y en este sentido pienso que la autora ha realizado un gran trabajo para acercar el mismo al lector con todo lujo de detalles. Este contexto queda integrado en la narración con naturalidad de tal modo que no nos encontramos con explicaciones o excesivos datos que aburran al lector si no que a través de las vivencias de los personajes vamos conociendo su forma de vida, costumbres, creencias, organización social, dioses, magia o religión, es decir, todos aquellos aspectos fundamentales para comprender el periodo en el que se desarrolla la historia.
Como ya señalé la novela está ambientada en el siglo V, periodo en el que Irlanda se encuentra dividida en pequeños reinos o pueblos independientes denominados Túath y Ana B. Nieto nos acerca a aspectos como su modo de vida, las costumbres de sus gentes, matrimonios, cuestiones políticas, comercio o relaciones que mantienen entre los diferentes pueblos. La religión también está presente en la obra y así queda reflejada la convivencia entre las creencias y cultos celtas con el cristianismo, encontrándonos en un momento en el que llegan a la isla los primeros misioneros encargados de convertir a sus habitantes a la fe cristiana. Y en este punto juega un importante papel San Patricio, conteniendo la obra una aproximación a su llegada a la isla y lo que fueron sus primeros años e imagino que será una figura que seguirá desarrollando en los otros dos volúmenes.
Llegados a este punto creo que es evidente que La huella blanca ha sido una novela que me ha gustado mucho. Creo que Ana B. Nieto ha construido una obra en la que se aprecia su cariño por las tierras irlandesas y el esfuerzo que ha realizado para que el lector se sienta transportado a través de la lectura a esta etapa de su pasado. En mi caso puedo afirmar que lo ha conseguido y he disfrutado mucho con la historia de Ciarán y Olwen y con el contexto y ambientación en los que la misma se desarrolla, por lo que ya estoy deseando que se publique la segunda parte de esta trilogía para volver a sumergirme en este fascinante periodo.
Nota: Reedito la entrada para indicar que ya está a la venta la segunda parte de la trilogía: Los hijos del caballo
Ya sabes que es también uno de mis subgéneros favoritos y tomo nota. Aunque lo malo es que forma parte de una trilogía y esto ya me mata.
ResponderEliminarJo me encantan las sagas familiares pero me pasa domo a albanta lo malo es que sea trilogía porque aunque se puedan leer de forma independiente siempre me queda la cosilla de leerme las tres...de todas formas me la anoto.
ResponderEliminarUn beso!
Me gustan mucho las sagas familiares, y aunque sea una saga, si queda cerrado el final, perfecto.
ResponderEliminarBesos!!
Pues no soy muy partidaria de este género de novelas, pero conozco muy poco de la antigüedad tardia de Irlanda y eso me pica la curiosidad, así que me la llevo apuntada aunque solo sea por ese mosaico fragmentado de tribus y pueblos con sus propias leyes y costumbres. Besos.
ResponderEliminarBueno, pues yo si que soy aficionada al género y tienes parte de culpa en ello. La verdad es que me he ido adentrando por tus reseñas.
ResponderEliminarNo me importa demasiado si es una trilogía, siempre que no pase de tres y no me tenga esperando eternamente... lo perdono.
Me parece una opción interesante, gracias por descubrírmelo, me lo llevo
Besos
tienen muy buena pinta sagas familiares + histórica , ya me habia llamado la atención hace algún tiempo y por lo que dices habrá que leerlo. ;)
ResponderEliminarPues no lo conocía, pero me ha llamado mucho la atención, lo tendré en cuenta, besotes
ResponderEliminarMe gustan las historias que se desarrollan en Irlanda, pero ahora no leo histórica. Estoy en un periodo en que no las disfruto.
ResponderEliminarUn saludo.
Me la llevo apuntada. Me gustan las sagas familiares y del periodo en que se ambienta tampoco he leído mucho
ResponderEliminarBesos
Siempre que me he acercado a Irlanda ha salido una buena lectura y esta novela creo que también lo podría ser,
ResponderEliminarbesucus
Sí que da pereza lo de las trilogías pero sí es como en el caso de Sarah Lark, no hay tanto problema
ResponderEliminarTampoco creo haber leído nada situado en esa zona y lugar; sólo por eso y por ser una saga familiar, ya me apetece su lectura. Tomo buena nota
Besos
La estuve hojeando el otro día y me pareció que podría ser interesante porque hay pocas novelas históricas ambientadas en Irlanda, que es un país que me gusta mucho. Además, me gustan las trilogías. Un beso
ResponderEliminarHola Tatty, te agradezco mucho que hayas sido tan rápida con tu reseña y me alegro de que hayas podido disfrutar de la lectura. Sobre los otros dos volúmenes, os diré que ya están terminados y en fase de corrección, que se publicarán durante el año que viene y el siguiente y que, efectivamente, se centran en la siguiente generación y en las circunstancias de Patricio. Los temas que se tratan también son diferentes al del primero. Un abrazo.
ResponderEliminarTiene una pinta estupenda. Si es nóvela histórica, todavía me atrae más.
ResponderEliminarGracias por la reseña. Besos.
Aunque no tenía previsto a corto tiempo liarme con trilogías o sagas familiares, lo que nos cuentas me gusta! Me lo llevo bien apuntado ;)
ResponderEliminarMuchas gracias por tu reseña y recomendación!
Besos
Pues es de mis opciones favoritas. Novela histórica y saga familiar son poderosas razones para animarme con ella y tu reseña el mejor impulso. Me gustan además especialmente si transcurren en esos primeros siglos tan lejanos. Costumbres, forma de vida, creencias... todo me llama la atención si están bien asentados. De cabeza a las primeras posiciones de la lista.
ResponderEliminarBesos
Me encantan las sagas familiares, así que no descarto leerlo. Besos.
ResponderEliminarMe gustan las sagas familiares! Me la apunto!
ResponderEliminarEste tiene que estar interesante, sin duda me gustaría.
ResponderEliminarUn beso
Pues por lo que cuentas, parece muy interesante. Creo que yo tampoco he leído nada de ese período de la historia irlandesa, por lo que es un atractivo añadido.
ResponderEliminarUn beso.
Me gusta la ambientación y lo que nos cuentas de la historia. Pero ¿trilogía? aisch!! eso me hace pensarlo un poco.
ResponderEliminarBesos
Hola Tatty. Solo el lugar y la época ya me atraen así que, ¿por qué no? Me la apunto. Abrazos.
ResponderEliminarMe gustó mucho tu reseña, así que lo voy a leer. Tu blog es genial, en serio que me encanta!! Si queres, podes pasarte por el mio: http://leblogdebrolis.blogspot.com.ar
ResponderEliminarainsss, trilogía, trilogía...no sé, no sé, intentaré no caer en la tentación :-) Un beso!
ResponderEliminarMe gustan mucho las novelas familiares, pero no tanto las históricas, así que a pesar de que con tu reseña me estás tentando, creo que por el momento la dejaré pasar.
ResponderEliminarUn besiño
La apunto con interrogantes porque novela histórica y encima saga familiar me encanta pero esto de las trilogías es que me mata... Besos.
ResponderEliminarSí que conocemos tu afición por las sagas familiares y yo la comparto, de hecho, todas las que te han gustado las tengo apuntadas para ponerme un día con ellas, siempre estoy con otras cosas, otros libros por ahí investigando y me meto en cada lío....la mezcla histórica-saga familiar casa muy bien así que otra más que me llevo. Besos :)
ResponderEliminarNo lo descarto, por tu buena reseña sobre todo, pero no sé yo si este libro me terminaría de gustar porque la época en la que se sitúa no me llama demasiado.
ResponderEliminarBesos.
Una reseña estupenda, la novela me atrae mucho, no tanto que sea una trilogía, pero seguro que caerá.
ResponderEliminarBesos
Muy interesante pero ahora mismo no me animo a leer algo así.. Lo apuntaré para más adelante. Creo que necesito lecturas más livianas pasadas las que tengo entre manos. Besos.
ResponderEliminarAunque tiene buena pinta yo tampoco me animo. Mi excusa, si no sirve que es una trilogía, es que tengo demasiado por leer y hay que seleccionar...
ResponderEliminarUn beso!
No soy de novela histórica, tiene de atraerme muchísimo la trama para que me guste y este por ahora no me llama demasiado.
ResponderEliminarBesos cielo!
La ambientación de la novela me gusta bastante pero se me hace larga una saga y en trilogía, esta la dejaré pasar.
ResponderEliminarUn beso.
Pues aunque tiene buena pinta estoy un poco cansada de tanta trilogia...No sé, me parece que la dejo pasar.
ResponderEliminarUn beso
El otro día la editorial me lo ofreció y me estaba pensando si aceptarlo o no, pero leída tu reseña creo que aceptaré! hahaha Me apetece viajar a la Irlanda más tradicional con esta novela.
ResponderEliminarBesos
Lo vi el otro día en la librería y me llamó la atención pero no me atreví a cogerlo, pero con esta pedazo de reseña me has puesto los dientes largos ^^, así que a ver cuando me hago con él.
ResponderEliminarUn saludo!
El paisaje me gusta, la ambientación me llama pero trilogía... uff! Aunque se pueda leer independiente me sentiría obligada a leerla, y no me apetece meterme en esos huertos ahora mismo. 1beso!
ResponderEliminarAis, yo ni soy de novela histórica ni de sagas familiares. Se me suelen hacer pesadas. Es curioso tener gustos tan diferentes.
ResponderEliminarRealmente, a veces las tramas me llaman, pero no me arriesgo porque me conozco y sé que es probable que no disfrute mucho las novelas :D
¡Besos!
Pues yo no soy demasiado de sagas familiares, aunque en ocasiones concretas me animo con alguna que otra. Creo que, pese a que adoro Irlanda, la dejaré pasar. Más aún tratándose de trilogía.
ResponderEliminarUn besín, Tatty!
Últimamente no me estoy apuntando trilogías en mi lista de pendientes porque te llevas un libro que luego se amplía a 3 y me da pereza, aunque en esta ocasión voy a hacer una excepción. Me encanta el argumento de la historia y al igual que te ha pasado a ti, no he leído nada ambientado en esta zona. Las sagas familiares de épocas tan antiguas me suelen gustar también más que las ambientadas en épocas recientes. Los clanes de esas épocas me llaman mucho la atención y la portada del libro es preciosa. Como ves demasiados puntos a favor para dejarlo pasar. Me lo llevo.
ResponderEliminarBesos!
No conocía este libro y me ha gustado mucho lo que nos cuentas. Que sea saga familiar, ambientada en la Irlanda del siglo V... Me parece que va a a caer, aunque sea trilogía.
ResponderEliminarBesotes!!!
Irlanda y un periodo histórico bastante poco usado... me gusta. Lo había visto por la librería, pero no me había parado a mirarlo detenidamente y pinta muy bien. Lo tendré en cuenta.
ResponderEliminarUn beso!!
Me encanta lo que comentas. Me lo llevo apuntado =)
ResponderEliminarBesotes
El momento histórico no me llama mucho y que sea trilogía no parece que condicione mucho la lectura, de hecho los de Lark sólo leí los dos primeros y no me da más por el último. Así que no sé muy bien qué hacer con este porque los puntos a favor sí que me atraen.
ResponderEliminarBesos
Quiero leer este libro!!!!! y que pena que es una trilogia, habra que esperar a los otros dos para empezar y leerlos juntos.
ResponderEliminarComo siempre tu reseña genial!
No lo conocía, pero tiene buena pinta. Buena reseña.
ResponderEliminarBesos!
Me apetece mucho este libro pero lo de la trilogia me echa un poco para atras, un beso
ResponderEliminarMe encantan las novelas históricas así que me la apunto sin dudar. Besos.
ResponderEliminarSagas familiares + histórica = Bego se la tiene que leer SÍ o SÍ. Y no sé qué pasa con esta editorial, pero me llaman la mayoría de sus libros, ¿será que publican así el mismo género? xD.
ResponderEliminarMe gustan las sagas familiares así que puede que me la lea. Apuntadita queda!
ResponderEliminarYo no tengo problemas con las trilogías, no me importa empezarlas y no terminarlas de inmediato. Las sagas familiares también me gustan, sin embargo, la época en la que se desarrolla no me atrae.
ResponderEliminarCreo que es una historia que podría gustarme, es una etapa histórica que conozco poco pero que a su vez me atrae.
ResponderEliminarBesos
Creo que de momento lo descartaré. No porque tu reseña no haya hecho que me apetezca leerla, sino porque no me apetece adentrarme en una trilogía.
ResponderEliminarUn saludo.
Lo tengo sin leer, a ver si lo puedo leer pronto. Un besote
ResponderEliminar