Título: Una verdad delicada
Autor: John le Carré
Editorial: Plaza & Janés
Traducción: Carlos Milla Soler
Traducción: Carlos Milla Soler
Año: 2013
ISBN: 978-84-0135-4793
Nº de páginas: 368
SINOPSIS: Lee la sinopsis de este libro pinchando AQUÍ
John le Carré ha sido un autor que durante los últimos años siempre ha estado pendiente de lectura en mi lista. Comencé leyendo El jardinero fiel, una novela que me gustó muchísimo y que si no habéis leído os recomiendo, así como su adaptación cinematográfica, y luego se quedaron pendientes en la estantería El sastre de Panamá y El espía que surgió del frío. A pesar de tener esas dos sin leer, cuando la editorial me ofreció Una verdad delicada no me pude resistir y acepté con el propósito de no dejarla demasiado en espera, por lo que a los pocos días comencé su lectura.
Una verdad delicada comienza situándonos en Gibraltar, donde el subsecretario de Estado de Asuntos Exteriores Fergus Quinn, junto a un contratista de defensa privado, han organizado una operación contraterrorista cuya finalidad es capturar y secuestrar a un valiosísimo traficante de armas yihadista. La operación se llevará a cabo bajo el nombre en clave de Fauna y se mantendrá en absoluto secreto, de tal modo que ni siquiera el asistente personal de Quinn, Toby Bell, tendrá acceso a ella. Como colaborador, el subsecretario recluta a un funcionario del departamento de inteligencia que operará bajo el nombre de Paul Anderson, quien será enviado a Gibraltar como observador con la misión de convertirse en los ojos y oídos del subsecretario in situ. Sin embargo, Toby Bell comienza a sospechar que su jefe está planeando una operación encubierta y en consecuencia, toma medidas para enterarse de lo que está sucediendo, lo que provoca que sea asignado inmediatamente a un destino en el extranjero.
Transcurridos tres años desde entonces, Toby Bell recibe una carta de la persona que se esconde detrás del nombre de Paul Anderson en la que le solicita ayuda para descubrir lo que realmente sucedió en la misión de Gibraltar, logrando así que Bell se implique nuevamente y juntos intenten sacar a la luz unos hechos que se han mantenido ocultos durante ese tiempo.
Tengo que confesar que el comienzo de la lectura de Una verdad delicada ha sido complicado para mí. He tardado casi cien páginas en situar a los personajes y coger el hilo de lo que estaba sucediendo, pero una vez que lo he logrado, la novela me ha ido atrapando y he disfrutado cada vez más con su desarrollo.
Nos encontramos con una división en tan solo siete capítulos que son bastante extensos y en los cuales John le Carré mantiene un ritmo intenso, lo que hace que no puedas parar de leer. El libro empieza situándonos en Gibraltar, donde observamos lo que sucede en torno a la operación Fauna, en la que intervienen varias personas desconocidas para el lector y todo ello mezclado con los recuerdos del momento en que Paul Anderson es asignado a la misma para, a continuación, cambiar la acción completamente, situando a Toby Bell como protagonista en una ubicación diferente. En este punto yo me encontraba un tanto perdida pero una vez reubicada y con todos los datos enlazados, no he tenido ningún problema para seguir la trama y disfrutar de un desarrollo que me ha mantenido en tensión hasta el final.
En cuanto al estilo que encontramos en la obra, John le Carré hace gala de una prosa fluida, precisa y desnuda de artificios o recursos innecesarios, empleando abundantes diálogos en los que se sostiene buena parte del avance de la trama y destacando así mismo las minuciosas descripciones tanto de personajes como de ambientes. La narración corre a cargo de un narrador omnisciente y un recurso que utiliza y que a mí me ha gustado bastante es que alterna la tercera persona en pasado y presente, logrando en este último caso dar más énfasis a las escenas en cuestión, haciéndolas más visuales y logrando que nos sintamos parte de las mismas.
Son dos las personas que se convierten en los ejes centrales de Una verdad delicada y en ellos es en quienes vamos a encontrar una caracterización más compleja y detallada tanto a nivel físico como psicológico. Por una parte está Toby Bell, un joven británico con un gran porvenir, idealista, luchador y ambicioso que hará todo lo que esté en su mano para destapar una operación que él cree que se ha llevado a cabo de manera encubierta, aunque eso suponga poner en peligro tanto su puesto como la posición privilegiada que ha alcanzado en los últimos años.
Por otra parte tenemos a la persona que se esconde tras el nombre de Paul Anderson, oficial veterano del Foreing Office que ha recibido el título honorífico de Sir por el trabajo realizado y a quien conocemos jubilado e instalado tranquilamente en Cornwell hasta que tenga que enfrentarse a los hechos en los que tomó parte en el pasado, los cuales sacudirán su conciencia y harán que necesite sacar a la luz una verdad que se ha intentado mantener oculta a toda costa.
El resto de figuras quedan mucho más desdibujadas, limitándose a ejercer un papel necesario para el avance de la trama, pero sin ahondar demasiado ni en su psicología ni en sus personalidades, por lo que no observaremos en ellos una marcada evolución ni llegaremos a conocerlos demasiado más allá de la función que tienen asignada. No obstante, esta función tiene una notable importancia en algunos casos y así destacan Giles Oakley, jefe de sección de Toby Bell que se convertirá en su mentor y mecenas; Fergus Quinn, el ambicioso subsecretario de Asuntos Exteriores o Jeb Owen, uno de los hombres que participará activamente en la operación Fauna.
Uno de los planteamientos que refleja Una verdad delicada gira en torno al dilema moral al que se enfrentan sus personajes, que tienen que escoger entre lo que les dicta su conciencia o mantenerse leales y seguir su vida adelante aprendiendo a vivir con el sentimiento de culpabilidad. En este sentido encontramos diferentes posturas que se inclinan hacia una u otra posición, aunque el punto más interesante es observar las emociones y reacciones de los dos protagonistas, en especial de Anderson pues tiene que hacer frente tanto a sus propios pensamientos como a las recriminaciones de las personas más cercanas.
Por otra parte, de la lectura de Una verdad delicada podemos extraer una cierta crítica hacia diversos aspectos de la situación actual. En el momento en que se sitúa la acción, la guerra de Irak está a punto de comenzar y así por ejemplo encontramos alusiones a la posición adoptada por los gobiernos con relación a una guerra que en lugar de instigar deberían impedir, a la corporativización de las guerras, en las que los ejércitos regulares profesionales ya no son rentables siendo más eficaces los contratistas de defensa privados o a la función de espionaje ejercida por los diplomáticos de carrera, que acaban en las mesas de negociación del mercado de la información secreta.
El final se encuentra en consonancia con el tono realista que domina toda la novela y así nos encontramos un cierre un tanto abierto para que sea cada lector el que extraiga sus propias conclusiones. A mí este tipo de finales no me acaban de convencer pero en todo caso es cuestión de gustos y lo que es la línea argumental principal queda cerrada, resolviendo el enigma que mantiene en torno a la operación Fauna.
En definitiva, Una verdad delicada es una novela con la que disfrutarán los aficionados a las novelas de espionaje, servicios secretos y conspiraciones políticas. Partiendo de un interesante planteamiento, John le Carré construye una trama bien desarrollada en la que el ritmo se va intensificando a medida que avanzamos logrando mantenernos en tensión y que no podamos abandonar la lectura hasta llegar al final.
Una verdad delicada comienza situándonos en Gibraltar, donde el subsecretario de Estado de Asuntos Exteriores Fergus Quinn, junto a un contratista de defensa privado, han organizado una operación contraterrorista cuya finalidad es capturar y secuestrar a un valiosísimo traficante de armas yihadista. La operación se llevará a cabo bajo el nombre en clave de Fauna y se mantendrá en absoluto secreto, de tal modo que ni siquiera el asistente personal de Quinn, Toby Bell, tendrá acceso a ella. Como colaborador, el subsecretario recluta a un funcionario del departamento de inteligencia que operará bajo el nombre de Paul Anderson, quien será enviado a Gibraltar como observador con la misión de convertirse en los ojos y oídos del subsecretario in situ. Sin embargo, Toby Bell comienza a sospechar que su jefe está planeando una operación encubierta y en consecuencia, toma medidas para enterarse de lo que está sucediendo, lo que provoca que sea asignado inmediatamente a un destino en el extranjero.
Transcurridos tres años desde entonces, Toby Bell recibe una carta de la persona que se esconde detrás del nombre de Paul Anderson en la que le solicita ayuda para descubrir lo que realmente sucedió en la misión de Gibraltar, logrando así que Bell se implique nuevamente y juntos intenten sacar a la luz unos hechos que se han mantenido ocultos durante ese tiempo.
Tengo que confesar que el comienzo de la lectura de Una verdad delicada ha sido complicado para mí. He tardado casi cien páginas en situar a los personajes y coger el hilo de lo que estaba sucediendo, pero una vez que lo he logrado, la novela me ha ido atrapando y he disfrutado cada vez más con su desarrollo.
Nos encontramos con una división en tan solo siete capítulos que son bastante extensos y en los cuales John le Carré mantiene un ritmo intenso, lo que hace que no puedas parar de leer. El libro empieza situándonos en Gibraltar, donde observamos lo que sucede en torno a la operación Fauna, en la que intervienen varias personas desconocidas para el lector y todo ello mezclado con los recuerdos del momento en que Paul Anderson es asignado a la misma para, a continuación, cambiar la acción completamente, situando a Toby Bell como protagonista en una ubicación diferente. En este punto yo me encontraba un tanto perdida pero una vez reubicada y con todos los datos enlazados, no he tenido ningún problema para seguir la trama y disfrutar de un desarrollo que me ha mantenido en tensión hasta el final.
En cuanto al estilo que encontramos en la obra, John le Carré hace gala de una prosa fluida, precisa y desnuda de artificios o recursos innecesarios, empleando abundantes diálogos en los que se sostiene buena parte del avance de la trama y destacando así mismo las minuciosas descripciones tanto de personajes como de ambientes. La narración corre a cargo de un narrador omnisciente y un recurso que utiliza y que a mí me ha gustado bastante es que alterna la tercera persona en pasado y presente, logrando en este último caso dar más énfasis a las escenas en cuestión, haciéndolas más visuales y logrando que nos sintamos parte de las mismas.
Son dos las personas que se convierten en los ejes centrales de Una verdad delicada y en ellos es en quienes vamos a encontrar una caracterización más compleja y detallada tanto a nivel físico como psicológico. Por una parte está Toby Bell, un joven británico con un gran porvenir, idealista, luchador y ambicioso que hará todo lo que esté en su mano para destapar una operación que él cree que se ha llevado a cabo de manera encubierta, aunque eso suponga poner en peligro tanto su puesto como la posición privilegiada que ha alcanzado en los últimos años.
Por otra parte tenemos a la persona que se esconde tras el nombre de Paul Anderson, oficial veterano del Foreing Office que ha recibido el título honorífico de Sir por el trabajo realizado y a quien conocemos jubilado e instalado tranquilamente en Cornwell hasta que tenga que enfrentarse a los hechos en los que tomó parte en el pasado, los cuales sacudirán su conciencia y harán que necesite sacar a la luz una verdad que se ha intentado mantener oculta a toda costa.
El resto de figuras quedan mucho más desdibujadas, limitándose a ejercer un papel necesario para el avance de la trama, pero sin ahondar demasiado ni en su psicología ni en sus personalidades, por lo que no observaremos en ellos una marcada evolución ni llegaremos a conocerlos demasiado más allá de la función que tienen asignada. No obstante, esta función tiene una notable importancia en algunos casos y así destacan Giles Oakley, jefe de sección de Toby Bell que se convertirá en su mentor y mecenas; Fergus Quinn, el ambicioso subsecretario de Asuntos Exteriores o Jeb Owen, uno de los hombres que participará activamente en la operación Fauna.
Uno de los planteamientos que refleja Una verdad delicada gira en torno al dilema moral al que se enfrentan sus personajes, que tienen que escoger entre lo que les dicta su conciencia o mantenerse leales y seguir su vida adelante aprendiendo a vivir con el sentimiento de culpabilidad. En este sentido encontramos diferentes posturas que se inclinan hacia una u otra posición, aunque el punto más interesante es observar las emociones y reacciones de los dos protagonistas, en especial de Anderson pues tiene que hacer frente tanto a sus propios pensamientos como a las recriminaciones de las personas más cercanas.
Por otra parte, de la lectura de Una verdad delicada podemos extraer una cierta crítica hacia diversos aspectos de la situación actual. En el momento en que se sitúa la acción, la guerra de Irak está a punto de comenzar y así por ejemplo encontramos alusiones a la posición adoptada por los gobiernos con relación a una guerra que en lugar de instigar deberían impedir, a la corporativización de las guerras, en las que los ejércitos regulares profesionales ya no son rentables siendo más eficaces los contratistas de defensa privados o a la función de espionaje ejercida por los diplomáticos de carrera, que acaban en las mesas de negociación del mercado de la información secreta.
El final se encuentra en consonancia con el tono realista que domina toda la novela y así nos encontramos un cierre un tanto abierto para que sea cada lector el que extraiga sus propias conclusiones. A mí este tipo de finales no me acaban de convencer pero en todo caso es cuestión de gustos y lo que es la línea argumental principal queda cerrada, resolviendo el enigma que mantiene en torno a la operación Fauna.
En definitiva, Una verdad delicada es una novela con la que disfrutarán los aficionados a las novelas de espionaje, servicios secretos y conspiraciones políticas. Partiendo de un interesante planteamiento, John le Carré construye una trama bien desarrollada en la que el ritmo se va intensificando a medida que avanzamos logrando mantenernos en tensión y que no podamos abandonar la lectura hasta llegar al final.
Para mi John Le Carré es uno de mis grandes pendientes. Tengo muchas ganas de leer alguna de sus obras y esta sin duda parece una gran opción.
ResponderEliminarPaso de puntillas porque la tengo en casa. Me quedo con el parrafo final
ResponderEliminarAl igual que Rayan, para mi, Le Carré, también es uno de mis pendientes. Y me gusta lo que nos cuentas. Tomo buena nota. Me llama la atención y es más que probable que me haga con él.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu reseña!
Besos
He leído mucho a John Le Carré, la saga de Smiley en los ochenta y noventa, hace ya unos cuantos años que le perdí la pista. Lo cierto es que no me importaría volverlo a leer. Tomo nota de tu buena reseña
ResponderEliminarMe la llevo apuntadisima, esta y la del jardinero fiel que comentas.
ResponderEliminarBesos
No he leído a Le Carré, pero de momento no me atrae. Besos.
ResponderEliminarDurante una temporada leí mucho de John Le Carré, pero después fui cambiando de gustos y lo fui dejando atrás aunque disfruté mucho de sus lecturas. Es un buen recordatorio.
ResponderEliminarUn saludo.
Leí hace tiempo algo de este autor pero no me terminó de convencer...No sé si ahora me apetece repetir experiencia ¡Feliz semana!
ResponderEliminarNo me llaman mucho las novelas de espia, aunque como siempre digo no hay que descartar nada en la vida, besotes
ResponderEliminarA priori no es una historia que me llame pero nunca digo de este agua no beberé porque nunca se sabe.
ResponderEliminarMadrina, no me ha llegado el ejemplar de la lectura conjunta aún ¿sabes si al resto si?
Un beso y feliz lunes.
A mí tampoco me ha llegado aún, espero que no tarde mucho ya
EliminarComo ya te comenté, lo tengo también pendiente.
ResponderEliminarSi se me hacen raras las 100 primeras páginas, ya sé gracias a tí que merece la pena seguir porque luego me gustará
Besos
Un final muy Le Carré, que a pesar de sus años, sigue retratando la actualidad
ResponderEliminarCoincido contigo, a mí también me gustó mucho "El jardinero fiel", creo que es una de las mejores novelas de LeCarré, sobre todo en cuanto a buena prosa de refiere. Creo que es un escritor que ha ido mejorando el estilo con los años (sus argumentos siempre han sido muy buenos) y que cada vez me gusta más. No he leído "Una verdad delicada", pero seguro que no tardaré. Bss.
ResponderEliminarA mí me cuesta mucho leerle, esos principios de novela con tanta carga de personajes no me sitúa y hace que me despiste mucho en su lectura; quizá para más adelante,
ResponderEliminarbesucus
Mira que es conocido, he tenido acceso a su libros y demás pero nunca lo he leído, ups! lo tendré que rescatar en algún momento para hacer la prueba. Besos
ResponderEliminarHace mucho que no leo nada de Le Carré y siempre he salido satisfecha con sus novelas. Esta también me dejas con ganas de leerla, se va a la lista que últimamente he leído poco sobre espías.
ResponderEliminarBesos
También me gustó mucho El jardinero fiel, tanto libro como peli, y El sastre de Panamá que seguro te gustará. Tenía interés por este libro, a veces me da pereza eso de no enterarme de lo que pasa hasta avanzado el libro pero en este caso veo que merece la pena.
ResponderEliminarBesos
Gracias por la reseña.Tomo nota
ResponderEliminarUn beso!
No he leído nada todavía de este escritor. Tengo la manía de que el tema del espionaje no me va, pero la verdad es que soy como los niños que sin probar algo ya dicen que no les gusta. Pues eso me pasa a mí, que siempre digo que los libros de espionaje no me gustan sin haber leído ninguno :). A ver si ahora me lo repienso.
ResponderEliminarBesos!!
No leí nada del autor, y ya había visto este libro, así que tomo nota.
ResponderEliminarPues nosotras aún no hemos leído nada de Le Carré. Y mira que nos llama, pero por una cosa u otra lo vamos dejando...
ResponderEliminarDe momento creo que pasaré. La verdad es que 100 páginas para empezar a situarte... debe ser desesperante! jeje
ResponderEliminarYa le tengo hechado el ojo a esta novela, John le Carré es un maestro en este género y no defrauda nunca.
ResponderEliminarUn beso.
A mi también me parecen muchas, 100 páginas, para situarme en la historia... no sé si tendré paciencia.
ResponderEliminarMuy buena reseña. Un beso
Tiene pinta de enganchar, pero en este momento no sé si me apetece, en especial porque comentas que te ha costado casi 100 páginas entrar en la historia.
ResponderEliminar¡Un abrazo!
Supongo que será un autentico delito decir que no conocía al autor y por ende, tampoco su obra, pero así es. Está claro que navegando por estos lares siempre se aprende algo nuevo.
ResponderEliminarYo también estoy encantada de verme de nuevo por aquí jejeje
Besos
Cita
Una trama original de un escritor y un género que conozco y que me gusta para alternar con lecturas más sesudas. un beso tatty :)
ResponderEliminarHace muchos años que leí a John le Carré y me gustó, pero no he vuelto a darle una oportunidad, quizás esta podría ser la ocasión. Un beso.
ResponderEliminarYa hay nueva pelicula de una novela de le carre jeje, he leido un par de libros de el y me gustaron bastante y este con una historia asi,no pasara desapercibido
ResponderEliminarUn beso
MJ
No he leído nada de este autor. Es un género que me gusta en el cine, pero en libros me cuesta seguir... Pero algún día le daré una oportunidad.
ResponderEliminarBesotes!!!
Estoy casi convencida de haber leído algo suyo, ya que mi madre tiene bastantes libros suyos, pero hace tantos años que no lo recuerdo.
ResponderEliminarBesos!
No me lo anoto porque mi ama tiene en casa una colección enorme del autor...así que tengo para rato jeje
ResponderEliminarUn beso!
No he leído nada de este autor, pero voy a tomar nota de tu recomendación porque creo que me puede gustar, gracias.
ResponderEliminarBesos, feliz inicio de semana.
No he leído nada de este autor y tampoc es que llama demasiado mi atención. Besos.
ResponderEliminarMe llama bastante, aunque todavía no he leído nada del autor. (He visto la película de El jardinero fiel, eso sí) A ver si me animo con éste o con algún otro pronto :D
ResponderEliminarGracias por la reseña
Besos
No es que sea muy de novelas de espionaje, pero en su momento leí mucho de este autor. Creo que este lo voy a leer, pero tendré en cuenta que las primeras cien páginas pueden hacerse cuesta arriba y le echaré paciencia (que no siempre la tengo).
ResponderEliminarBesos
Tengo en casa desde hace lo menos cinco años El jardinero fiel, y todavía no le he hincado el diente, supongo que tendré que remediar el desaguisado, e ir dandole oportunidades al autor
ResponderEliminarTiene buena pinta, pero el tema que trata, sinceramente, no me llama mucho la atención. De momento tengo claro que no lo leeré, pero tampoco lo descarto para un futuro...
ResponderEliminarUn beso
Mi eterno pendiente...y la verdad es que no sé cuándo me decidiré. Besos.
ResponderEliminarJohn Le Carré siempre fue uno de mis autores favoritos. Esta novela la pedí porque hacía tiempo que no me adentraba en sus novelas. Lo que no me esperaba es que tuviera un final abierto. Besos.
ResponderEliminarPues no me acaba de convencer lo del complicado comienzo y, además, no soy demasiado aficionado al género. No sé, la verdad es que me había llamado la atención por la portada pero creo que lo dejaré pasar.
ResponderEliminarBesos
PD: soy Trotalibros.
Hace como mil años que leía a Le Carré, pero luego me saturé de espionaje. Quizás sea el momento de volver, pero con paciencia (aunque cien páginas es mucha paciencia).
ResponderEliminarUn beso
Pues todavía no me he animado con el autor!!
ResponderEliminarBesotes
Yo y las novelas de espías no nos llevamos bien por eso no me he animado con este autor. Si algún día me atrevo con él, creo que lo haré con El jardinero fiel.
ResponderEliminarUn beso!!
No pinta mal en ese formato un poco de thriller, de intriga y de conspiración, pero creo que la trama no me llega a llamar demasiado esta vez. Con otro será :)
ResponderEliminarMuchas gracias por la reseña, Tatty. Besines!!
Ains, que lo tengo pendiente, espero que no me cueste tanto situarme :-) Me alegro de que la cosa después mejore.
ResponderEliminarHe intentado un par de veces leer a este autor, pero no consigo que me enganchen sus historias de espías, así que de momento lo dejo pasar. Un beso
ResponderEliminarTe admiro por haber esperado 100 páginas para cogerle el punto a la novela, yo creo que no habría aguantado tanto... Quiero leer al autor, pero me temo que no comenzaré con este libro, que no me atrae demasiado. 1beso!
ResponderEliminarTodavía no he leído ningún libro de John le Carré. No sé qué pasa, pero siempre me pierdo en las historias de espías. Tal vez debería darle una oportunidad.
ResponderEliminarUn saludo.
No he leído nada de Le Carré en mi vida... Tengo delito eh??... Me pasa como con otros muchos autores. Esta novela que traes tiene muy buena pinta pero por lo que sé casi todas las del autor están genial. Besos.
ResponderEliminarTomo nota de tu recomendacion, porque no he leído nada de este autor y me ha gustado tu reseña.
ResponderEliminarBesos
Otra pecadora de este autor, pero tu reseña esta muy buena que invita a pensar en elegir algo de este hombre, Besitos!
ResponderEliminarNo he leído nada de este autor la verdad, pero últimamente he leído alguna que otra critica de este libro y me pica la curiosidad.
ResponderEliminarbss
Grande Le Carre. Y qué malas adaptaciones al cine de algunas de sus novelas.
ResponderEliminarCreo que no me animo. Aunque tu reseña es magnífica, no es una temática que me atraiga demasiado pero, como he leído por aquí arriba, no diré de este agua no beberé...
ResponderEliminarBesos!!
Tengo pendientes varias novelas de este autor, a ver si pronto empiezo alguna.
ResponderEliminarBesos:)
Wow! describes con tanto entusiasmo esta lectura que me has contagiado a conocer más sobre ella y el autor, que al parecer tiene muy buen material :)
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir...Un beso!
Siempre he tenido ganas de leer algún libro de este autor y veo que este te ha encantado. Realmente me llama la atención por la trama :D
ResponderEliminar¡Besos!
Tras 'Lágrimas sobre Gibraltar' he tenido suficiente de tramas de espías en el peñón por lo menos para un año xD
ResponderEliminarBesos.
La verdad es que las tramas de espionaje no entran últimamente en mis gustos lectores, y eso de que has tardado casi 100 páginas en entrar en harina no me convence mucho. Un besazo.
ResponderEliminarPuesto que aún no me he estrenado con este autor, me anoto la primera obra que recomiendas que es la de El jardinero fiel, y si me gusta seguramente me anime a seguirle la pista a sus libros.
ResponderEliminarUn besiño
El otro día lo comentaba que tengo muy abandonado a este autor, y que este título puede ser una buena opción. Parece un argumento interesante
ResponderEliminarBesos
Lo tengo en el montón de lecturas inminentes.
ResponderEliminarNunca he leído nada de espías. A ver que tal se me da.
Besitos.
Nunca he leído nada de este autor, así que me lo apunto para probar ^^
ResponderEliminarAunque eso de que sean capítulos tan largos me hecha para atrás, pero parece interesante!
Un besito guapi ^^
Hace muchísimo tiempo leí de este autor "El espía no vuelve" y "El topo", y también he visto varias de las películas basadas en sus novelas, como "El espía que surgió del frío" con Richard Burton.
ResponderEliminarUn abrazo
Hace mucho que no leo a Le Carre y quizás vuelva a ser un buen momento.
ResponderEliminarMe la apunto.
ResponderEliminarUn saludo.
No me he estrenado con este autor, pero preferiría quizás empezar por "El jardinero fiel", que aún no he visto la película pero la tengo muchas ganas:)
ResponderEliminar1beso!