Autor: Gisela Pou
Editorial: Planeta
Año: 2011
ISBN: 978-84-08098799
Nº de páginas: 464
SINOPSIS: Lee la sinopsis de este libro pinchando AQUÍ
FUENTES: imagen autora aquí
No tenía ninguna referencia de esta novela cuando hace algo más de un año la descubrí entre los títulos que habían puesto en rebajas en un centro comercial, pero viendo que era una saga familiar, se vino conmigo a casa. Además de ser una historia familiar me llamaba la atención que tratase el tema de las viñas y la elaboración del cava, aunque finalmente este ha sido el punto que menos me ha gustado.
El silencio de las viñas gira en torno a la historia de los Brucart, una familia vinculada desde hace varias generaciones a los viñedos y la elaboración de cava. Al frente de la familia se encuentra Aurora, una mujer que, tras casarse con Rai Brucart, asumió la dirección de la empresa, colocando las viñas y las cavas en el centro de su vida y logrando, gracias a su esfuerzo, que las bodegas se convirtiesen en un referente a nivel mundial en el sector del cava. Sin embargo, la felicidad de la familia se verá truncada por el fallecimiento de Xavier, uno de los hijos de los Brucart, una muerte que su madre se negará a asumir y que provocará que las relaciones familiares poco a poco se vayan deteriorando a causa de las rencillas del pasado, los engaños y las envidias.
Ya sabéis que este tipo de libros me encantan y en este sentido, como saga familiar, El silencio de las viñas cumple su objetivo y nos encontramos relaciones e intrigas familiares que despiertan el interés del lector e invitan a seguir leyendo. Sin embargo, el problema que tiene desde mi punto de vista es que la información no está bien estructurada y los constantes saltos temporales que nos llevan a distintas épocas provocan desconcierto en el lector, tardando en algunos casos en situarte de nuevo en la época correcta. Son cambios muy repentinos entre escenas pues en un momento dado estamos en el presente para en el párrafo siguiente, sin ningún tipo de aviso, saltar a una época pasada que tardas unas líneas en identificar de nuevo. Esto es debido a que, si bien en el tiempo presente la historia sigue un curso lineal, en el pasado no ocurre así y la autora va desgranando los sucesos más importantes de todos los miembros de la familia sin un orden temporal concreto, dando lugar a una especie de puzzle que nosotros tenemos que ir reconstruyendo en nuestra mente. Con esto no quiero asustaros y que penséis que es un caos absoluto, la historia se sigue bien pero creo que habría facilitado la lectura una transición menos brusca entre los diferentes tiempos.
La novela se encuentra dividida en treinta capítulos que a su vez se agrupan en siete grandes partes más un epílogo final, utilizando en todas ellas un narrador omnisciente. Como os decía podemos diferenciar dos hilos argumentales, uno situado en el tiempo presente, concretamente entre los años 2007 y 2009, y otro que abarca el pasado y que se va entretejiendo poco a poco a través de flash back a distintos momentos relevantes de la historia familiar.
El estilo de Gisela Pou es claro y fluido, empleando una prosa cuidada y manteniendo un equilibrio entre diálogo y narración. No obstante, el ritmo no se mantiene constante y si bien hay partes que se leen con interés y agilidad, hay otros puntos en los que la narración se ralentiza y en función de nuestro mayor o menor interés por el mundo del cava, puede llegar incluso a resultar aburrido.
Y es que el tema de los viñedos y la elaboración del cava es uno de los puntos que adquiere gran relevancia en esta obra. Gisela Pou aporta amplia información sobre aspectos como su proceso de elaboración, distintos tipos de uva, embotellado, comercialización, precios, funcionamiento de las bodegas o enfermedades sufridas por las plantas, apreciándose en todo ello que es un tema sobre el que ha profundizado y se ha documentado ampliamente. Esto para los lectores interesados en la viticultura es sin duda un punto muy positivo pero a mí particularmente me ha resultado pesado y esas partes han ralentizado mi ritmo de lectura y no han conseguido despertar mi interés. Únicamente el aspecto más histórico que relata la plaga de filoxera que azotó el país durante los primeros años del siglo XX me ha resultado interesante, al igual que la explicación del motivo por el que dejó de llamarse champán, un dato que desconocía; todo lo demás me ha parecido un exceso de información que no aporta demasiado al conjunto de la historia. Pero esto como os digo es un aspecto muy personal, entiendo que habrá lectores a los que el tema apasione y lo que para mí es un punto negativo, para ellos será el más positivo.
Otro elemento muy vinculado al cava y que tiene cabida en El silencio de las viñas es el famoso anuncio publicitario que cada año llega a las televisiones. Supongo que ahora no tanto pero yo recuerdo de niña cada Navidad estar pendiente de cómo sería el anuncio ese año, era una tradición como la de la lotería y en ese sentido he sentido un poco de nostalgia mientras leía estas partes.
Dejando a un lado esto, El silencio de las viñas es una novela que, si bien no tiene un argumento novedoso pues sigue el patrón empleado en otras similares, resulta entretenida y se lee bastante rápido. Contiene ciertas dosis de suspense e intriga en torno a la muerte de Xavier que es el único hilo argumental cuyo final me sorprendió un poco, el resto es bastante predecible aunque tampoco es una novela que se centre en esconder grandes secretos, más bien su argumento se va desarrollando en torno a la evolución de la historia familiar. Es una obra que para mí encaja bien para una adaptación televisiva, supongo que en esto se nota que su autora se dedica profesionalmente al guión televisivo y ha colaborado en diversas telenovelas. Mientras la leía no he podido evitar acordarme de una serie que veía de niña y me encantaba: Falcon Crest con Ángela Channing al frente de los viñedos.
Tratándose de una saga familiar son muchos los personajes que desfilan por sus páginas, principalmente de los Brucart aunque hay otra familia que también tiene relevancia, los Montferrer. Aurora es la figura central en torno a la que se va desarrollando todo el argumento, y al igual que ocurre con el resto de personajes, su construcción es paulatina. Gisela Pou no hace una presentación de cada uno en el momento en el que aparece sino que dibuja a sus personajes a través de la evolución de su vida, nos va presentando diversos momentos puntuales del pasado para ir progresivamente construyendo el carácter de cada uno y la evolución sufrida en el tiempo. La más trabajada es Aurora, es a ella a quien llegamos a conocer mejor y el resto quedan un tanto desdibujados, perfilados a grandes rasgos sin que se llegue a apreciar una verdadera evolución. Pienso que, excepto en el caso de Aurora, la autora se ha centrado más en el desarrollo de la historia que en los personajes y de esta manera no llegan a transmitir nada al lector, al menos a mí me han resultado distantes y no he conseguido compartir con ellos sus vivencias y emociones.
En cambio, lo que sí ha logrado transmitir es el amor que sienten por la tierra y las viñas. Se aprecia el cariño, el cuidado y la importancia que le dan a las bodegas y a los viñedos, la herencia de la familia que ha ido pasando de generación en generación así como el vínculo que todos ellos tienen con la empresa. La acción se desarrolla en la comarca del Penedés y queda plasmado el paisaje que podemos observar a través de cuidadas descripciones en las que destacan tanto las hectáreas dedicadas a las viñas como la mansión familiar.
Si sois aficionados a las sagas familiares, creo que os gustará El silencio de las viñas a pesar de esas partes más técnicas que tiene relacionadas con la viticultura. Una historia construida a través de pasado y presente, llena de intrigas familiares, secretos, traiciones, pasiones, amor, venganza y misterio, cuya lectura resulta entretenida y nos acerca al mundo de las viñas y los bodegueros.
El silencio de las viñas gira en torno a la historia de los Brucart, una familia vinculada desde hace varias generaciones a los viñedos y la elaboración de cava. Al frente de la familia se encuentra Aurora, una mujer que, tras casarse con Rai Brucart, asumió la dirección de la empresa, colocando las viñas y las cavas en el centro de su vida y logrando, gracias a su esfuerzo, que las bodegas se convirtiesen en un referente a nivel mundial en el sector del cava. Sin embargo, la felicidad de la familia se verá truncada por el fallecimiento de Xavier, uno de los hijos de los Brucart, una muerte que su madre se negará a asumir y que provocará que las relaciones familiares poco a poco se vayan deteriorando a causa de las rencillas del pasado, los engaños y las envidias.
Ya sabéis que este tipo de libros me encantan y en este sentido, como saga familiar, El silencio de las viñas cumple su objetivo y nos encontramos relaciones e intrigas familiares que despiertan el interés del lector e invitan a seguir leyendo. Sin embargo, el problema que tiene desde mi punto de vista es que la información no está bien estructurada y los constantes saltos temporales que nos llevan a distintas épocas provocan desconcierto en el lector, tardando en algunos casos en situarte de nuevo en la época correcta. Son cambios muy repentinos entre escenas pues en un momento dado estamos en el presente para en el párrafo siguiente, sin ningún tipo de aviso, saltar a una época pasada que tardas unas líneas en identificar de nuevo. Esto es debido a que, si bien en el tiempo presente la historia sigue un curso lineal, en el pasado no ocurre así y la autora va desgranando los sucesos más importantes de todos los miembros de la familia sin un orden temporal concreto, dando lugar a una especie de puzzle que nosotros tenemos que ir reconstruyendo en nuestra mente. Con esto no quiero asustaros y que penséis que es un caos absoluto, la historia se sigue bien pero creo que habría facilitado la lectura una transición menos brusca entre los diferentes tiempos.
La novela se encuentra dividida en treinta capítulos que a su vez se agrupan en siete grandes partes más un epílogo final, utilizando en todas ellas un narrador omnisciente. Como os decía podemos diferenciar dos hilos argumentales, uno situado en el tiempo presente, concretamente entre los años 2007 y 2009, y otro que abarca el pasado y que se va entretejiendo poco a poco a través de flash back a distintos momentos relevantes de la historia familiar.
El estilo de Gisela Pou es claro y fluido, empleando una prosa cuidada y manteniendo un equilibrio entre diálogo y narración. No obstante, el ritmo no se mantiene constante y si bien hay partes que se leen con interés y agilidad, hay otros puntos en los que la narración se ralentiza y en función de nuestro mayor o menor interés por el mundo del cava, puede llegar incluso a resultar aburrido.
Y es que el tema de los viñedos y la elaboración del cava es uno de los puntos que adquiere gran relevancia en esta obra. Gisela Pou aporta amplia información sobre aspectos como su proceso de elaboración, distintos tipos de uva, embotellado, comercialización, precios, funcionamiento de las bodegas o enfermedades sufridas por las plantas, apreciándose en todo ello que es un tema sobre el que ha profundizado y se ha documentado ampliamente. Esto para los lectores interesados en la viticultura es sin duda un punto muy positivo pero a mí particularmente me ha resultado pesado y esas partes han ralentizado mi ritmo de lectura y no han conseguido despertar mi interés. Únicamente el aspecto más histórico que relata la plaga de filoxera que azotó el país durante los primeros años del siglo XX me ha resultado interesante, al igual que la explicación del motivo por el que dejó de llamarse champán, un dato que desconocía; todo lo demás me ha parecido un exceso de información que no aporta demasiado al conjunto de la historia. Pero esto como os digo es un aspecto muy personal, entiendo que habrá lectores a los que el tema apasione y lo que para mí es un punto negativo, para ellos será el más positivo.
Otro elemento muy vinculado al cava y que tiene cabida en El silencio de las viñas es el famoso anuncio publicitario que cada año llega a las televisiones. Supongo que ahora no tanto pero yo recuerdo de niña cada Navidad estar pendiente de cómo sería el anuncio ese año, era una tradición como la de la lotería y en ese sentido he sentido un poco de nostalgia mientras leía estas partes.
Dejando a un lado esto, El silencio de las viñas es una novela que, si bien no tiene un argumento novedoso pues sigue el patrón empleado en otras similares, resulta entretenida y se lee bastante rápido. Contiene ciertas dosis de suspense e intriga en torno a la muerte de Xavier que es el único hilo argumental cuyo final me sorprendió un poco, el resto es bastante predecible aunque tampoco es una novela que se centre en esconder grandes secretos, más bien su argumento se va desarrollando en torno a la evolución de la historia familiar. Es una obra que para mí encaja bien para una adaptación televisiva, supongo que en esto se nota que su autora se dedica profesionalmente al guión televisivo y ha colaborado en diversas telenovelas. Mientras la leía no he podido evitar acordarme de una serie que veía de niña y me encantaba: Falcon Crest con Ángela Channing al frente de los viñedos.
Tratándose de una saga familiar son muchos los personajes que desfilan por sus páginas, principalmente de los Brucart aunque hay otra familia que también tiene relevancia, los Montferrer. Aurora es la figura central en torno a la que se va desarrollando todo el argumento, y al igual que ocurre con el resto de personajes, su construcción es paulatina. Gisela Pou no hace una presentación de cada uno en el momento en el que aparece sino que dibuja a sus personajes a través de la evolución de su vida, nos va presentando diversos momentos puntuales del pasado para ir progresivamente construyendo el carácter de cada uno y la evolución sufrida en el tiempo. La más trabajada es Aurora, es a ella a quien llegamos a conocer mejor y el resto quedan un tanto desdibujados, perfilados a grandes rasgos sin que se llegue a apreciar una verdadera evolución. Pienso que, excepto en el caso de Aurora, la autora se ha centrado más en el desarrollo de la historia que en los personajes y de esta manera no llegan a transmitir nada al lector, al menos a mí me han resultado distantes y no he conseguido compartir con ellos sus vivencias y emociones.
En cambio, lo que sí ha logrado transmitir es el amor que sienten por la tierra y las viñas. Se aprecia el cariño, el cuidado y la importancia que le dan a las bodegas y a los viñedos, la herencia de la familia que ha ido pasando de generación en generación así como el vínculo que todos ellos tienen con la empresa. La acción se desarrolla en la comarca del Penedés y queda plasmado el paisaje que podemos observar a través de cuidadas descripciones en las que destacan tanto las hectáreas dedicadas a las viñas como la mansión familiar.
Si sois aficionados a las sagas familiares, creo que os gustará El silencio de las viñas a pesar de esas partes más técnicas que tiene relacionadas con la viticultura. Una historia construida a través de pasado y presente, llena de intrigas familiares, secretos, traiciones, pasiones, amor, venganza y misterio, cuya lectura resulta entretenida y nos acerca al mundo de las viñas y los bodegueros.
FUENTES: imagen autora aquí
Ya sabes que también soy de sagas familiares pero no percibo en tu reseña tanto entusiasmo como para buscarla pero si me le encuentro seguro que le doy una oportunidad.
ResponderEliminarNo me gustan demasiado las sagas familiars y la última novela que leí que hablaba de familia y viñas (La bodega), me dejó fría. Seguramente porque no conseguí encajar para nada con los personajes y la historia.
ResponderEliminarUn saludo.
A mí sí que me encantan las sagas, pero esas pegas que le has encontrado a esta me echan bastante para atrás, la verdad. Hay tanto por leer que esta vez no me apunto tu recomendación.
ResponderEliminarUn besito.
Por lo que leo sé que es un libro que puede gustarme pero de momento no me apetece mucho ¡Buena reseña!
ResponderEliminarQuizás me equivoco, pero me suena más a guión de serie de televisión. Abrazos.
ResponderEliminarLas sagas familiares me encantan, pero como se atasque mucho en la parte técnica de los vinos me parte. Pierdo el ritmo y se me hace eterno. La tendré en cuenta.
ResponderEliminarBesitos!
Cita
Mira que me gustan las sagas familiares pero esta, no se por qué, no termina de convencerme
ResponderEliminarBesos
Yo también veía la mítica Falcon Crest. Qué mala era Ángela Chaning XD!!
ResponderEliminarBesos!
La tenía apuntada pero un poco olvidada, y es que no es mi tipo de novela favorito, así que al final no creo que me haga con ella. Un beso
ResponderEliminarMe gustan generalmente las sagas familiares pero esta novela no me transmite nada especial y teniendo tanto pendiente de momento al menos voy a dejarla. Si cae en mis manos la leeré pero no voy a buscarla.
ResponderEliminarBesos
¡Ay, no sé! Las sagas familiares me convencen, el tema de perderme entre viñedos me gusta pero en las transiciones de un tiempo a otro, eso me gusta poco. Creo que no la apunto :/
ResponderEliminarBesos
Lo leí hace tiempo (antes de empezar con el blog) y me gustó bastante. A mi es que este tipo de historias me encanta :)
ResponderEliminarBesos!!
No la conocía, pero la voy a agregar a la lista porque de vez en cuando, cambiar de género viene bien.
ResponderEliminarBesotes.
No estoy del todo decidida, pese a que las sagas familiares son mi perdición, pero la tendré en cuenta, a ver si me animo; muchas gracias por la reseña.
ResponderEliminarBesos.
Desde que me di cuenta que te encanta el género, he decidido comenzar a leer sagas familiares.
ResponderEliminarNo me llama tanto la atención ésta novela en específico, pero tengo en casa El jardín olvidado, por lo que comenzaré mi viaje con esta novela.
Un abrazo.
En esta ocasión yo también la dejo pasar, me gustan las sagas familiares pero tengo que ser algo selectivo porque la lista aumenta a un ritmo... Besos Tatty :)
ResponderEliminarNo me acaba de convencer del todo esta historia, besos
ResponderEliminarMe encantan las sagas familiares,asi que me lo apunto a mi lista...
ResponderEliminarMe gustan mucho las sagas familiares, pero hay ciertos puntos que me echan para atrás, como lo de que la información no esté bien estructurada... Por ahora creo que lo dejo pasar, pero no descarto leerlo en un futuro.
ResponderEliminarBesos:)
Hmmmm, aunque me gustan las sagas familiares, me da que este libro no es para mí. 1beso!
ResponderEliminarLas sagas familiares me gustan mucho pero eso de que haya partes que se te han heco más pesadas...
ResponderEliminarUn beso!
No me llama demasiado la historia y no percibo mucho entusiasmo en tu reseña, la dejo pasar, ya tengo mucho acumulado.
ResponderEliminarBesos
Esta vez lo dejo pasar, que las sagas familiares no son lo mío...
ResponderEliminarUn besote
¡No lo conocía! Gracias por la reseña ^^
ResponderEliminarBesooooos :P
No me acaba de convencer. Lo de los saltos temporales y tantas palabras técnicas creo que me echan para atrás.
ResponderEliminarBesos!
Por ahora lo dejo pasar!!! ;-)
ResponderEliminarSaludoss
Esta vez no termina de convencerme, así que la dejo pasar, cosa que también se agradece.
ResponderEliminarBesotes!!!
Me gusta mucho este género pero tengo tantas pendientes que si no veo que entusiasme no la leo.
ResponderEliminarBesitos.
No sé yo, creo que esta vez no me animo mucho. Alguna saga familiar me conquista de vez en cuando. Pero es que esta vez el trasfondo no me llama nada de nada, la verdad. Mejor hago hueco a otro :)
ResponderEliminarBesines, Tatty!
Al principio me ha llamado mucho la atención, me gustó mucho Las viñas Nappa de Nora Roberts y he pensado que esté estaría bien, pero tras las pegas que has mencionado creo que no termina de convencerme y lo dejaré pasar.
ResponderEliminarBesos
Ja, ja, ja, yo también lo compré entre las ofertas de un centro comercial. Me gustó la sinopsis y creo que por lo que nos cuentas tiene algunas cosillas interesantes. A ver si me pongo con él.
ResponderEliminarBesos
Pufff muchas pegas le pone, entre eso y que el tema de viñedos, elaboración de vinos y tal no me va demasiado...
ResponderEliminarAunque algunos puntos llaman mi atención!
Un besito ^^
Pues no lo tengo claro, porque hay cosas que comentas que no me gustan, pero otras que me llaman mucho la atención, así que no sé muy bien si animarme o no...
ResponderEliminarUy, este tipo de novelas me gusta. Me recuerda La bodega, de Noah Gordon. Besos.
ResponderEliminarLo apunto para regalar por el tema de la viticultura.
ResponderEliminarPor cierto, hace tiempo leí "La bodega" de Noah Gordon, de temática parecida pero es un viticultor en Languedoc en el siglo XIX.
Un abrazo
He descubierto que las sagas familiares me gustan, así que no descarto leer esta novela si me topo con ella... A veces los autores se exceden con las partes más técnicas o con las partes históricas en un intento de demostrar al lector que han hecho los deberes. En cualquier caso siempre se puede sacar algo de provecho. Besos.
ResponderEliminarNo termina de convencerme,
ResponderEliminarbesucus
Me dejas indecisa porque el tema del vino no me interesa demasiado, así que por ese lado creo que me aburriría, pero lo demás no tiene mala pinta.
ResponderEliminarUn beso!!
Cómo te gustan las sagas familiares. Si hay que hacerte un regalo en forma de libro contigo es fácil!!!
ResponderEliminarComo siempre, magnífico el análisis.
Besos
A mí me suelen gustar los saltos en el tiempo pero, claro, hay que hacerlo de forma que el lector no pierda el hilo porque si no...
ResponderEliminarMe prestaron esta novela el año pasado y al final tuve que devolverla sin leerla aunque reconozco que me hubiera apetecido hacerlo porque de primeras tenía buena pinta. Pero veo que no me perdí demasiado.
Besos
Con lo que cuentas, parece que tiene bastantes cosas que no nos gustan, así que no nos llama demasiado.
ResponderEliminarEste no me termina de gustar, así que lo dejo pasar.
ResponderEliminarBesos
Me encantan las sagas familiares! =)
ResponderEliminarBesotes
Este libro tiene una punta estupenda. Ya sabes que me encantan las sagas familiares así que tomo nota a ver si lo puedo conseguir para 2014.
ResponderEliminar¡Muchos besos!
Me encantan las sagas familiares pero por tu reseña esta no me llama mucho, así que la dejaré pasar. Un besito
ResponderEliminarTengo que decir que gracias a varios libros que tienes comentado le he pillado el gustillo a las sagas familiares en general, así que me lo anoto.
ResponderEliminarUn besiño
Aunque me gustan las sagas familiares, veo que has encontrado bastantes fallitos, así que la dejo pasar a la espera de una que convenza más:)
ResponderEliminar1beso!
No lo conocía pero, como no soy muy de sagas familiares, no sé si me iba a gustar. Me suele costar leer este tipo de libros :D
ResponderEliminar¡Besos!
Me encanta el mundo del vino, por ese lado me gustaría leerla pero hay algunos peros que no sé...
ResponderEliminarSagas familiares hay muchas y mi lista de pendientes sigue creciendo, así que prefiero apuntar solo aquellas que creo valen la pena.
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